F1: GP Bélgica 2007
Soy español. Me siento español. Desde que tengo uso de razón, he amado esta tierra que me vio nacer, y siempre he estado orgulloso de ello. Cualquiera que me conozca lo sabe, y sabe que también amo la Formula 1. Es más, empecé a ver la F1 ya talludito, allá por finales de los 90. Antes, como cualquiera, había visto carreras sueltas, pero ni las seguía, ni las entendía, ni las disfrutaba. Sin embargo me hacía ilusión ver a de la Rosa reventando motores con el Arrows, con aquella manía suya de frenar y acelerar a la vez "para no bajar el coche de vueltas", o a Gené puntuando en el GP de Europa del 99 con el Minardi después de salir antepenúltimo.
En aquella época en que los Williams y los McLaren luchaban por dominar el mundial, los Ferrari eran "las viejas glorias". Sin ganar un campeonato de constructores desde el año 1983, o uno de pilotos desde el 79 (lo hizo el sudafricano Jody Scheckter), hacerse tifosi era como animar al equipo hamaicano de bobsleigh. Pero Ferrari siempre ha tenido ese carácter introvertido, obsesivo, fascista y receloso con el que me identifico, así que, de una manera o de otra, acabé deseando, carrera tras carrera, que sonara el himno italiano en el pódium. Luego llegaron los 5 campeonatos de Schumacher, incluido el del 2002, del cual veíamos 15 segundos al final de los telediarios donde decían con desdén "ha vuelto a ganar Ferrari". El F2002, el coche más laureado de la historia de la F1, lo vimos en diferido hasta el comienzo de la temporada 2003.
A partir de ahí decir que me alegré, y lo digo de corazón, cuando Alonso pasó de probador a piloto en Renault y consiguió su primera pole en Malasia. Hubo un intercambio de mensajes SMS a las 8 de la mañana que sólo decían una cosa: "¡POLE!". Luego vino la de Hungría, un circuito "de piloto"; ratonero, estrecho, sucio... imposible adelantar. Por fin la primera victoria de un piloto español era posible, y deseada. Y la victoria llegó. Los que compartieron aquella carrera conmigo saben que, por encima de que ganara Ferrari, deseaba que ganara un piloto español.Antes, en Nurburgring, Alonso había aguantado a Coulthard hasta que David se salió al llegar a la chicane. Jesús Fraile alabó la "maniobra kartista" de Alonso, en la que, siempre según Fraile, había levantado el pie del acelerador "pero no había pisado el freno para que no se encendiera la luz y confundir así a Coulthard". No sé si por aquello o no, pero todavía hay gente que insiste en que los F1 llevan luces de freno.
Y sí, por supuesto, estuve en la Castellana cuando Alonso, con su R23, pasó quemando rueda a escasos 3 metros de mí.
Pero con Alonso llegó la marabunta. Llegó una afición advenediza, chovinista y manifiestamente ignorante que es evidente que está en la F1 de paso. No disfrutan con la F1. Les da igual quién queda quinto, o quién es Eddie Jordan. Son los mismos que dirían que Brasil ha ganado los mundiales de fútbol que tiene "porque son unos tramposos y la FIFA les deja".
Por ellos, dejó de importarme que ganara un español. Ya les preocupaba a otros por mí. El mejor piloto es el que gana el mundial. Siempre ha sido así y siempre lo será. Punto.
A partir de aquí, al que crea que odio a Alonso, al que crea que me cae mal porque es español, o al que le parezca que no quiero a España porque prefiero que gane un equipo italiano, no le voy a decir nada más.
Siempre pensaba que los espías, que han existido desde tiempos inmemoriales en la F1, eran unos tíos muy listos, capaces de estimar la carga de combustible que llevan los coches de los rivales observando las diferencias de tiempos en los libres con respecto a las rondas clasificatorias del sábado. Pero una cosa es ser el más listo, o el más observador, y otra muy distinta es que te pasen los deberes resueltos.Tras reabrir el caso y condenar a McLaren con la pérdida de todos los puntos en el campeonato de constructores (amén de no poder competir por él), la FIA publicó la sentencia completa. Sí, Pedro, los famosos correos son del 25 de Marzo, pero el campeonato había comenzado el día 18 con el GP de Australia.
La que a mi juicio es la parte más jugosa de los correos dice, literalmente:
“Hi Mike, do you know the Red Car’s Weight Distribution? It would be important for us to know so that we could try it in the simulator. Thanks in advance, Pedro.Precioso. Por supuesto, Mike, el jefe de diseño (no un cualquiera) de McLaren, le respondió con los datos precisos que a su vez le proporcionó Stepney, de Ferrari.
p.s. I will be in the simulator tomorrow.”
Luego sigue un correo de Alonso que contesta a otro que de la Rosa le había enviado con la distribución de pesos de los Ferrari:
“Its weight distribution surprises me; I don’t know either if it’s 100% reliable, but at least it draws attention”.Vamos, que se pregunta si los datos son de fiar, a lo que Pedro responde:
“All the information from Ferrari is very reliable. It comes from Nigel Stepney,Dudas despejadas: esto no es estudiar al rival. Esto es tener un topo.
their former chief mechanic – I don’t know what post he holds now. He’s the
same person who told us in Australia that Kimi was stopping in lap 18. He’s very
friendly with Mike Coughlan, our Chief Designer, and he told him that.”
Por poner un símil ciclista, imaginemos una situación como la siguiente: Un equipo llamado
La UCI les declara culpables, pero no les aplican ningún tipo de sanción. Esto es, reconocen que tienen sustancias dopantes, pero, como no se puede demostrar que lo han usado, no les sancionan.
Un mes después
La UCI pide a los
- ¿OyePedro, la mandanga esta que me pasas es mandanga buena? ¿El que te la ha pasado es de fiar?
- SíFernando, es una mandanga fresquísima. Me la ha pasado el mismo que nos pasó la mandanga con la que ganamos la primera contrarreloj, así que es de fiar.
A continuación la UCI se reúne, estudia las pruebas, y decide sancionar al equipo Edredones Pepito haciendo que pierda todos los puntos del campeonato. Le multa con un pastizal, y, cumpliendo su palabra de dar inmunidad a los corredores, estos se van de rositas.

La carrera de Pedro en la Formula 1 ha terminado definitivamente. El único coche que va a poder conducir a partir de ahora va a ser el suyo, y eso si le deja su señora. La carrera de Alonso se ha empañado. En Monza 2006 dijo que ya no pensaba que la F1 fuera un deporte. Ahora lo ha demostrado sobradamente.
Pero pasamos página yéndonos a la carrera en el mejor circuito de F1. Spa, que dejó el calendario de F1 para hacer sitio a los Malasia, Bahrein, y China de turno, con mucho más dinero pero mucho menos interés, ha vuelto. Si no existiera Spa no habría F1. Curvas a fondo cuesta abajo, curvas a fondo cuesta arriba, curvas en las que girar a ciegas mientras ves las copas de los árboles contra los que te vas a ir si no frenas... eso es F1, y no una explanada con un trazado azaroso, unas tribunas imponentes, y la arena del desierto de Gobi rodeándolo todo.
Monza ya está olvidado. Ferrari ha vuelto, y lo ha hecho a lo grande. Desde la calificación, la Scuderia ha estado por delante, ahogando a cualquiera que pensara que le podía hacer sombra.

¿Y luego? Sí, luego los McLaren a cierta distancia. Punto. Nadie más en el horizonte. De hecho, hubiera sido una de esas carreras que matan la afición de no ser porque era Spa. Porque era Spa y porque ahí estaban los Rosberg, los Kovalainen, los Kubica perdiendo posiciones por cambiar de motor, y los Sato, luchando a brazo partido con sus hermanos mayores.
Así que, ¡enhorabuena Ferrari! A los campeonatos del mundo de constructores en los años 1961, 1964, 1975, 1976, 1977, 1979, 1982, 1983, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, y 2004, se une el del 2007.
Queridos niños: seguiremos aguantando estoicamente las sandeces de los periodistas de telecinco en sus retransmisiones, pero, por lo que a mí respecta, ya no voy a decir aquello de "menos mal que está de la Rosa".
Hail Mandril!
[Actualizado]
¿Qué tienen que ver MacLauren, Alfonso, Jamiltoncito y Felipao con Chevy Chase y Dan Aykroyd? La respuesta, en el mejor resumen de la carrera de El Experto que hemos visto en los últimos tiempos.
David El Anaconda, nos enseña en su análisis del GP de Bélgica una vez más aquello de que, cuando delante no pasa nada, mira hacia detrás porque puede ser apasionante, o lo que es lo mismo: "cuando el sabio señala a las estrellas, no mires el dedo".