jueves, 29 de marzo de 2007

Bodas homosexuales, realidad o ficción

Hola damas y caballeros.

El amigo Ventura me ha pedido que participe en su blog, me llena de satisfacción poder colaborar en tan honrosa empresa como es llevar un poco de cultura y verdad a sus lamentables psiques, que están hambrientas de ambas cosas a causa de su dieta de estulticia y medios de comunicación vendidos. Desde aquí hasta que vuelvan a internarme en un psiquiátrico, trataré de hacer todo lo posible por ustedes, para que cuando yo me vaya a un lugar mejor (drogas, alojamiento, comida y sexo gratis, este último quieras o no) algún poso de sapiencia haya quedado en sus mentes.
Bueno, tras demostrar que soy capaz de buscar sinónimos en Internet y hablar como un estúpido pedante paso al tema de hoy, queridos y queridas cretinos (no se ofendan por esta denominación, acepten que son idiotas y están por debajo de mi nivel y el de Ventura... algunos de nosotros somos sencillamente mejores y el resto pueden arrodillarse para pedir piedad), las bodas entre personas del mismo sexo.

Partiendo del hecho de que estoy a favor de los gays (menos rivales en la caza de la hembra, y alguien como yo necesita por lo menos que la mitad de la población humana masculina muera o salga del juego y un 30% del resto se queme la cara con ácido para poder entrar en el juego con alguna garantía de éxito) y que considero muy digno el lesbianismo (mientras haya un hombre mirando y luego pueda participar, por supuesto) paso a comentar desde una fria lógica por qué estoy a favor y objetivamente porque debe de permitirse.

Anoten mis comentarios, memoricen mis frases y tendrán a su disposición unas herramientas e instrumentos que les permitirán callar la boca a todos y parecer un tipo estupendo y culto. No me lo agradezcan, mándenme dinero, una persona como yo requiere un nivel de vida que ustedes no imaginan: los mejores vinos, comidas, hoteles, fiestas con supermodelos, coches, ... amigos, desconocen ustedes el coste de ser estupendo y ser para ustedes un líder social (por no decir lo que cuesta algunos vicios que tienen como ingredientes yolis adolescentes, cuero, tachuelas y un traje de institutriz alemana).

Pongámonos en antecedentes y veamos actualmente cual es el panorama. Lo primero es considerar que el matrimonio homosexual está permitido y ningún político tendrá el valor de quitarlo (solo tenemos en consideración partidos que pueden ganar las elecciones, por ahora las falanges y partidos de derecha superreaccionaria no van a poder) con lo que cualquier discusión sobre el tema es estéril y no lleva a nada excepto encabronar al personal, cosa que a fin de cuentas es lo que buscamos. Actualmente, en una discusión de este tema podrá encontrar los siguientes arquetipos:

- burguesillos de izquierda y similares: botelloneros de malasaña, juventudes comprometidas y resto de gente a favor de cualquier cosa que esté bien vista por los tios que molan como el Melendi, Manu Chao y cualquier hijo del mestizaje y buen ritmo (si llevas un sombrerito peruano de esos molas el doble). Ellas sienten en su interior el poder de la diosa que las une con todos los seres vivos y como ellas son tan sensibles tienen que apoyar a otras criaturas tan sensibles como los maricas. Ellos se quieren follar a la de las rastas y el piercing y están dispuestos a leerse cualquier panfleto de mierda y estar a favor de cualquier cosa para tener una mínima posibilidad (lo siento amigo, se las va a tirar el tio 5 años mayor que toca en un grupo y pasa el costo, más te vale seguir con el rol en la facul y fumando porros).

- los españoles, españoles: joder, alguien tiene que decirlo, que esos tíos se peten el culo es inmoral, sucio y hace llorar al niño Jesús. En contra de las bodas gays porque atentan contra Dios, España y Rey (o Caudillo) y porque.. las manzanas y las peras se juntan pero manzanas con manzanas no. Esta gente acompaña sus argumentos morales con argumentos científicos donde se demuestra que la homosexualidad es una enfermedad mental y/o física que se puede curar con terapia de choque y viajes a Dachau y que están escritos por genios como el Dr. Menguele. Ellas creen que la homosexualidad hace llorar al niño Jesús, atenta contra los derechos de los niños. Ellos no quieren que se sepa que se van los sábados a follarse travestís a la casa de campos.

- la gente normal: pues unos en contra, aunque tampoco mucho, otros a favor pero no les mola nada... es decir, son ganado para los pastores de los anteriores grupos porque allí donde estén se van a adaptar a la opinión general o presentar un mínima resistencia de lo que ellos creen.

Visto los oponentes a los que nos enfrentamos le presento a continuación dos razonamientos lógicos que le van a permitir cerrar unas putas bocas, úselos sin miedo y si tiene problemas recurra a la estrategia más española del mundo en una discusión que se pierde: mentar a la madre y soltar una patada en los huevos. No importa quien gane, no sirve para nada pero yo me habré reído.
1) Sociedad capitalista: en una sociedad capitalista valemos tanto como la pasta que proporcionamos al patrón (el listo de mierda que acaba de leer esto y piensa que ya lo sabía que se vaya a tomar por culo) y listo. Sentimentalismos, opiniones personales y resto de cosas se la sudan a la gente que maneja la sociedad. Cualquier sentimiento como el racismo, el machismo, el odio a los homosexuales, los nacionalismos, etc. ha sido creado con la única intención de encabronarnos y no poder pensar con la claridad suficiente para darnos cuenta de que para que yo viva en mi palacete de invierno rodeado de actrices porno usted tiene que malvivir con su sueldo de mierda y pagar una casa de 40 metros cuadrados durante los próximos 50 años. Por lo tanto no sea idiota, controle su bilis y razone un poco, ¿la presencia de matrimonios homosexuales va a hacer tambalear su imperio de 40 metros cuadrados, sus domingos de fútbol y el polvo del sábado por la mañana? No muchacho, va a temblar cuando el Pocero pida a los astilleros de Odessa construir un yate tan grande como el Yamato. En ese momento, y para evitar que usted se cosque de la realidad, en las noticias saldrá algo como que se va a limitar el sueldo de los futbolistas, lo que provocará la indignación y enfrentamiento.
2) Y a usted que coños le importa: es decir, ¿a qué viene tanto lío? Mire muchacho, preocúpese usted de hacer su trabajo bien, pagar los impuestos y ser un buen tipo (y si tiene hijos de educar a esos pequeños bastardos, que va siendo hora de crear la ley Herodes y crear el aborto retroactivo). Pues eso, el principal argumento es que mientras uno cumpla la ley, no moleste a la hora de la siesta y no haga daño a nadie o se aproveche de algo pues que haga lo que quiera. Como si sale a celebrar que le han petado el culo, yo tengo que aguantarle a usted cuando sale a celebrar que un señor vestido de corto le de una patada a balón con lo que usted se jode. Si quiere hacer algo bueno dedíquese a ajusticiar políticos corruptos, esos si que le están dando por el culo a usted y encima no le dan ni un beso. A ver si va a ser amigo mio, que lo que quiere es unirse a la fiesta y no se atreve.
Por último considerar que la ley no entiende de religiones y códigos morales, si lo hiciera y se guiará por la mía usted ya estaría lobotomizado y siendo mi esclavo y sus posesiones me pertenecerían.
Esto es todo, en nuestro siguiente tema tocaremos otro tema candente, o no... realmente lo importante para un megalomaniaco como yo es que usted pierda el tiempo leyendo mis bobadas.

Por cierto, con las etiquetas de esta entrada el número de visitas subirá como al espuma.

miércoles, 28 de marzo de 2007

De la soledad, los abrazos y las patadas en los cojones

Aprovechad niños, que esta es una ligera de cascosVivimos en un mundo donde las personas tienen necesidad de ser abrazadas, pero ningún interés en abrazar a los demás. Algo así como "Si bien tengo necesidad perentoria de que me abracen, es condición sine qua non que el abrazo debe ir sólo en un sentido: el que va desde el que lo da, hasta mí, que lo recibo". Es un concepto que me recuerda, dentro de lo lógicamente posible, al axioma "follar es de pobres, a mí que me la chupen".

La cosa ha ido tan en aumento que hasta ha dado lugar a la camiseta que da abrazos. Cito textualmente el contenido del enlace:

El mecanismo de funcionamiento es muy sencillo: un usuario que tenga esta camiseta puesta y un accesorio Bluetooth conectado a un móvil, al que vamos a llamar emisor, puede enviar un mensaje de abrazo con la información recopilada por sus sensores a otro móvil, el del receptor, que mandará el abrazo a la camiseta receptora. El abrazo generado depende de la temperatura corporal y ritmo cardíaco, entre otros factores, del emisor.

Sencillamente acojonante.

Dentro de mis lógicas limitaciones intelectuales, empíricas y circunstanciales, he intentado, sin éxito, desentrañar el porqué de esta costumbre tan arraigada. Como no he sido capaz de inferir por qué la inmensa mayoría de nuestros excelentes conciudadanos son capaces de emocionarse ante una campaña publicitaria y sin embargo permanecer perfectamente indolentes ante el que tienen a su lado en el metro, las conclusiones son, por supuesto, sesgadas, pero, para mí lo más importante, honestas. Como ya dijimos por aquí, quien la verdad dice, ni peca ni miente, así que puedo decir con total descanso para mi conciencia, que estoy hasta los cojones de tantos apóstatas del afecto, tantos hipócritas del cariño, tantas golfas descaradas pero remisas afectivas y tanto indolente circunstancial.

Por lo que a mí respecta, y siempre diciéndolo desde el cariño, creo que lo mejor es darle la vuelta a las tornas, y, donde uno espera que le den algo, pasar a ser el que dé. Como de dar abrazos ya voy servido, creo que lo mejor y más conveniente para mi solaz y regocijo, es dispensar patadas en los cojones a los transeúntes. Sin duda, bajo mi humilde punto de vista, se lo merecen sobradamente, y, de no merecerlo, mi intención desprendida y altruista debe, sin duda, compensar el que alguien pueda mostrarse contrario a mi regalo.

Ahí te las den todas
Habrá quien me tache de loco por poner la idea en bandeja a algún creativo de imaginación enjuta, pues esto mismo, con una buena producción y unos cuantos extras, puede sin duda vender miles de refrescos, relojes, gafas de sol, utilitarios o, si me apuran productos para la higiene íntima femenina (al fin y al cabo ya me quitaron la idea de agitar las cajas de surtido de galletas cuétara). Nada me preocupa menos: tan dadivoso estoy con las patadas como con la idea misma. Nada impide a cualquiera que se vaya a la Terminal 4 del aeropuerto internacional de Barajas (recuerden que hay que aparcar en el parking la Terminal 3) y, pancarta en mano, patee los testículos de cuantos viajeros aparezcan por la puerta. No duden en golpear también las bolsas escrotales de familiares, operarios, o cualesquiera individuos se crucen en su camino: ¡la felicidad no cuesta dinero!

Queridos niños: si el que da lo que tiene no está obligado a más, yo me siento muy a gusto conmigo mismo. Proteged vuestros cojones y, si tenéis ocasión, castigad los de los demás.

lunes, 26 de marzo de 2007

De los sueños, las enajenaciones y los delirios febriles

Reposando la comidaEl ser humano, como ente vivo es, dentro de lo deleznable que resulta su trato, sorprendente. Lleno de todas esas pequeñas manías, defectos e imperfecciones que lo hacen tan maravillosamente singular, está la desusada capacidad para caer dormido allí donde le place. Bien es cierto que esta cualidad no es extensible a todos los especimenes, el rasgo principal sí que es, cuando menos, el dormir de una manera más o menos habitual (absténganse de incluirse aquí insomnes crónicos, seres de reconocida vida nocturna y poseedores de una playstation 3).

Propincuo al dormir está su gran amigo el sueño (entiéndase aquí el acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes), que viene a ser la representación onírica de aquello que, por unas cosas o por otras, nos está negado en la vigilia. A mí, personalmente, me gustan los sueños nocturnos. De los otros ya he dicho que cada se los puede meter por salva sea la parte, si es que tiene gusto en ello.

Siguiendo con lo que decía, este mismo fin de semana he tenido un curioso sueño al que, por lo que entraña, debo poner en antecedentes: contigua a mi habitación está la casa del vecino; un vecino campechano, amigo de jarana, y cuyas aficiones abarcan desde comentar a gritos con su mujer el partido del Madrid del domingo a la una de la mañana mientras está despachándose en el mingitorio hasta levantarse a la ocho de la mañana con igual ánimo festivo y jocundo, y no menores voces. Todo esto me obliga, por mor de poder dormir, a tener que emplear unos tapones de espuma para los oídos, tan útiles para no oír a mi vecino miccionar como para tener animados sueños como el que me este sábado me aconteció, y es que, estando en el más profundo de los sueños, vine a imaginar que daba buena cuenta de un exquisito plato de patatas fritas, de las cuales había una pastosa, insulsa y tan repugnante que me iba a llevar a las primeras arcadas cuando, por aquello de que la naturaleza es sabia, hube de despertar. Por supuesto, la asquerosa patata frita que con tanta fruición masticaba no era otra que el tapón de uno de mis oídos. Acabóse el goce, acabóse el sueño y acabaronse mis ganas para seguir durmiendo.

Al hilo de los sueños vienen otras no menos jocosas enajenaciones, que son las provocadas por la fiebre. Casos he visto de gente con 40 de fiebre hacer vida normal, pero un servidor, en pasando de 37 y medio, viene a perder (aún más) la cabeza. Entre los grandes éxitos está el celebérrimo de "la croqueta", que vino a ser que, estando con algo más de 38 de fiebre hube de imaginar que era una croqueta a la que estaban friendo en una sartén, y, con ello, para acabar bien doradita, comencé a dar vueltas a un lado y otro de la cama hasta que se me arrollaron las sábanas alrededor y quedé no como croqueta, sino más bien como gamba con gabardina.

Otra de las enajenaciones buenas fue que, estando en medio de la noche con abundante fiebre, pensé lo que piensa cualquiera en esas circunstancias: que me había estropeado. Así, concluí que lo mejor era que mis padres me llevaran al servicio técnico, con lo cual recordé que, para llevar cualquier aparato al servicio técnico, este debe ir en su embalaje original. Por supuesto, mi embalaje original (como creo que el de cualquiera) es ir en pelota viva, con lo que, por aquello de tapar las partes pudendas, convine en que lo mejor era, sí, ir desnudo, pero tapado convenientemente por la guitarra que tengo en la habitación. Gracias a Dios no tuve fuerzas ni para levantarme, porque no quiero ni imaginarme lo que hubiera sido irrumpir en pelotas en la habitación de mis padres con la guitarra colgada del hombro diciendo "me he estropeado, llevadme al servicio técnico".

Queridos niños: los sueños son divertidos, pero no es divertido despertar de ellos. Soñad, si tenéis el espíritu fuerte o queréis fortalecerlo. Ya decía Nietzsche aquello de que "lo que no me mata me hace más fuerte".

Os deseo felices sueños, y feliz despertar (si es que es eso posible).

jueves, 22 de marzo de 2007

De los mitos, las leyendas y los aniversarios


Enzo Ferrari en sus años mozosEl 18 de Febrero de 1898 nacía en Módena el padre del amor puro por la competición, amor que perdura entre sus seguidores, admiradores y empleados tras su fallecimiento el 14 de Agosto de 1988.

Digo que Il Commendatore tenía amor puro por la competición porque, a pesar de que Ferrari sea probablemente una de las marcas más conocidas del mundo por sus vehículos de calle, a Enzo Ferrari nunca le interesó triunfar en los circuitos para vender más coches, sino, al contrario que todas las grandes marcas del motor que han pasado por la F1, vender unos pocos coches exclusivos para sufragar los gastos necesarios para triunfar en los circuitos.

Desde que fundó la Scuderia Ferrari en 1929, su mayor sueño era correr, competir, y, por supuesto, ganar. Comenzó después a fabricar piezas para otros equipos bajo la firma Auto-Avio Costruzioni, continuó construyendo el primer coche de la Scuderia Ferrari en 1940, coche que participó en la legendaria Mille Miglia.

En 1943 la fábrica de Ferrari se asienta en Maranello, donde ha estado ubicada desde entonces, y donde fue reconstruida en 1946 tras el bombardeo que sufrió en 1944, momento que se aprovechó para incorporar una sección para la fabricación de coches de calle.

El inicio de la leyenda en coches de calle En 1947, la Scuderia Ferrari mostró al mundo el primero de los coches de calle que iba a fabricar para poder costear los caros coches de competición. El Ferrari 125 S se convertía así en la primera de las leyendas que, continuando hoy con el Ferrari 599 GTB Fiorano, provocan las delicias de sus poseedores, la envidia de los transeúntes, y los sueños húmedos de cuantos amamos y admiramos los coches, la ingeniería y la pasión por las carreras.

Desde 1947 hasta hoy, 60 años después, muchos han sido los devenires que han acontecido en la casa Ferrari. Si 20 años de sequía separaron los títulos mundiales de piloto desde 1979 hasta el 2000, los éxitos se fueron sucediendo en los últimos años, encadenando los 5 títulos mundiales más famosos del mundo del motor: los que consiguieron Ferrari y Michael Schumacher desde el 2000 hasta el 2004.

Queridos niños: en contra de lo que es habitual, hoy no voy mostrar mi odio por nadie. Hoy, siendo constructivo, voy a estampar mi admiración por un hombre, un proyecto y un sueño que, 60 años después, sigue ilusionando a aficionados de todo el mundo.

Gracias.




miércoles, 21 de marzo de 2007

Del continuo espacio-tiempo

Nuestro amigo AlbertoEn ocasiones la ciencia y los científicos nos resuelven problemas cuya mayor bondad es dejarnos tan fríos como la llegada de primavera de este año.

Sin embargo, no nos engañemos, la causa única de la indiferencia ante hechos tan transcendentes no es otra que nuestra propia ignorancia. En el mundo globalizado en el que vivimos, donde tenemos al alcance de un par de clicks casi cualquier información de la que mostremos un mínimo interés en consultar, preferimos sentarnos en el sofá con total pachorra a ver cómo una buena mujer que lleva 50 años sin ver a su hermana se planta en un plató de televisión a contarlo y a mostrar a toda España sus afectados desmayos cuando se encuentra cara a cara con otra buena mujer tan chocha y tan senil como ella misma, la cual dice reconocerla entre los recuerdos del ángel que la cuidaba en su niñez.

Cierto es también que la capacidad de autocrítica está tan mermada como la cordura a la hora de emplear nuestro tiempo libre; hoy día la fórmula del
es bien conocida porque nadie tiene ni puñetera ni de dónde sale, ni qué implica, ni nada más allá de que viene a ser la piedra filosofal de la Teoría de la Relatividad, de la cual todos estamos capacitados desde el mismo momento de nuestro nacimiento, cual pecado original, para hablar durante horas. La Teoría de la Relatividad es a la ciencia lo que la Fórmula 1 a los deportes de motor: todo el mundo opina libremente, porque, al fin y al cabo, nadie tiene ni puta idea de lo que habla, de modo que se crea un acuerdo tácito entre emisor y receptor para no poner en duda el mensaje que se transmita, haya salido éste lo mismo de una fuente autorizada que del agujero situado entre las nalgas de cualquiera de los interlocutores.

La investigación científica es también un bello tema de controversia. No falta el majagranzas de turno que opina que la inversión en ciertos campos de investigación no está justificada, o cosas como que la energía nuclear está muerta cuando cubre entre el 20 y el 25% de las necesidades eléctricas en España. No dudo que, a día de hoy, la inmensa mayoría de las personas que defendían la inutilidad de los programas espaciales durante los años de la guerra fría y posteriores (bueno, quizás sus hijos) ahora están a la última con sus teléfonos móviles con GPS incorporado.

Dejando de lado las divagaciones de mi cada vez más avanzada senilidad, el asunto que nos traía no era otro que hablar del continuo espacio-tiempo y de las implicaciones que tiene la cuarta dimensión en la base del conocimiento occidental (dejemos de lado de momento las plantas milagrosas, los masajes con los pies y clavarse alfileres en las pestañas). Pues bien, uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo tuvo a bien compartir conmigo uno de esos axiomas filosóficos que, por mor de ser obvios, no dejan de sorprendernos cuando los oímos al darnos cuenta de cuán efímera es nuestra existencia:

¡Si es que no hay tiempo pa ná!

Queridos niños: un servidor está cansado de la vida que lleva, está cansado de mantener el equilibrio cósmico a costa de ser el contrapunto fracasado de un triunfador indolente, está cansado de respetar los límites de velocidad (de vez en cuando), y está cansado de que la única ilusión que le queda en la vida es que por fin va a salir la Playstation 3 en la vieja Europa.

Así que, un servidor, no va a cambiar nada.

martes, 20 de marzo de 2007

De las flores y las golfas

Una manera distinta de identificarseCorría la noche del 9 de noviembre de 1938 cuando la kristallnacht dio el pistoletazo de salida a las deportaciones, internamiento en campos de concentración para el posterior exterminio, y, ultimadamente el holocausto. Todo comenzó con la inocente quema de poco más de un millar y medio de sinagogas, tiendas y almacenes, y la detención y concentración de unos cuantos de miles de judíos.

El 1 de septiembre de 1939 los alemanes deciden hacer una excursión por Polonia, que a la larga se les fue ligeramente de las manos y acabó con la creación de la blitzkrieg y posterior conquista de toda Polonia. A finales de septiembre Alemania y Rusia ya se estaban firmando acuerdos para repartirse el territorio europeo que posteriormente iban a conquistar.

Fue a partir del mes de octubre del año 1939 cuando las tropas de la policía de asalto Schutzstaffel marcaban con una estrella amarilla a los judíos para tenerlos identificados.

El 27 de marzo de 1940, vista la cantidad de estrellas que pululaban por las calles polacas, Himmler ordena la construcción del parque de recreo de Auschwitz, el más cinematográfico, a los que posteriormente se unieron Treblinka, Dachau, Sobibor y algún otro.

Para no dilatarme con detalles que sin duda todos deben conocer, la cosa siguió de un modo poco jocundo con el intento de exterminio de todos aquellos que portaban las señaladas estrellas amarillas, y, una vez que fueron cerrados los mentados campos de concentración, con los posteriores juicios por crímenes en contra de la paz, crímenes de guerra y crímenes en contra de la humanidad.

Dudo que hubiera alguien que por su propia voluntad o por gusto tuviera a bien identificarse con las estrellitas amarillas en la Alemania de finales de la década de los 30 y principio de los 40, y todo ello sin necesidad de saber el funesto futuro que se les auspiciaba.

En cambio a día de hoy, más de 65 años después, lo moderno, lo guay, lo cool es marcarse a sí mismo y a sus propiedades cual cabeza de ganado de la Ponderosa.

¿Cuál es la más preciada posesión del progre de turno? ¡El coche! ¡Faltaría más! Si el clásico San Cristóbal en lo alto del salpicadero junto a la foto de la parienta y los niños sobre el pedestal donde reza no corras papá fue sustituido por la pegatina de la Expo'92 en el cristal trasero, esta fue a su vez reemplazada por la estupenda Lagos de Sanabria, famosa por añadir 10 caballos a la potencia total del coche (no confundir con la de No Fear, la cual incrementaba del orden de 15 a 20 caballos).

La margarita de los cojonesTodo eso pasó a la Historia. Lo moderno hoy es la margarita. Puede estar en el tapón de la gasolina, en la puerta del maletero, encima del capó del motor... hasta en el ojete si es menester. Cual estrella amarilla, las putas margaritas florecen inclementes doquiera que uno ponga la vista.

Pero el daño visual no viene solo: por lo general con la margarita viene en el pack una falta total de pericia conductiva aderezada con lesiones cerebrales severas. Nada de mantener la línea que marca el carril, respetar los cedas el paso o circular a una velocidad adecuada, puesto que la margarita de rigor otorga poderes extrasensoriales desconocidos hasta ahora, como son el circular haciendo ostensibles eses con el fin ulterior de ser alabada por el resto de vehículos, el conducir con la barbilla puesta encima del volante o la mejor de todas: poder maquillarse mientras se habla por el móvil circulando además en el atasco de turno.

Queridos niños: en efecto, las odio a todas. Odio sus putas pegatinas, odio lo mal que conducen, odio que hablen por el móvil, odio que claven frenos cuando cogen un desvío para luego ir a 20 por hora haciendo eses. Odio su mera existencia.

Cito a un gran filósofo de hoy cuando digo:

Somos necesarios para que otros ganen y sean felices. Cumplimos una tarea social fundamental: sin perdedor no hay ganador.
¡Pues yo estoy hasta los cojones de ser un perdedor!

domingo, 18 de marzo de 2007

F1: GP Australia 2007

Pole, victoria y vuelta rápida para KimiLo reconozco: soy un romántico empedernido. Me gustan los desayunos de una hora y media los domingos por la mañana, las tortillas de patatas de mamá, las mujeres con curvas y los coches apurando la frenada a más de 300 por hora a final de recta.

Con la vuelta a la vida del circo de la Fórmula 1 ha vuelto la mía a cobrar sentido. Cinco luengos meses sin el melifluo olor a gasolina quemada, sin la suave poesía que traen a nuestros oídos los elastómeros (plastómeros, que diría aquel) al encontrar el límite de adherencia del neumático sobre el asfalto, son cinco meses en los que la sensación general es similar a la que se tiene cuando uno se zampa un entrecot de kilo y medio y no sabe en qué momento le van a empezar a dar retortijones; lo que se puede denominar calma tensa.

Sí, leo las noticias como cualquiera, pero enterarme de que los equipos de F1 se van tres días a Jerez a recorrer 500 kilómetros diarios sin que yo pueda ir a verlo me motiva tanto como saber que el que se ha apretado el anterior entrecot va con el periódico bajo el brazo camino del baño.

Especímenes de moza australianaLa carrera de Melbourne, es, siendo como es la primera del año, especial. Uno de los grandes atractivos de la carrera australiana sobre el resto de citas del calendario es, sin duda, el buen nivel de las pit-babes. A mi humilde entender, de las mejores del calendario. Esos minúsculos vestidos de Fosters, la cerveza típica aussie (aunque este año ha cambiado el patrocinio a manos de ING), les sientan tan bien que a uno no le extraña que a más de un ex-piloto de F1 se le conozca una cierta afición a los excesos con la bebida. Por si alguien no sabe de quién hablo, me estoy refiriendo a Eddie Irvine (además, nombrándole puedo aumentar la posibilidad de que alguien caiga por aquí de manera casual; en cambio con la foto de las gachís maximizo la posibilidad de que el lector casual vuelva movido por la sana curiosidad). Nada que ver la estampa de las mozas con cierta decoración que más de uno debe llevar avergonzado acordándose del negro pelado que lucieron en invierno.

Este año la hora ha sido aún más intempestiva de lo habitual para el GP australiano, lo que, sin duda, hace que se fortalezcan los espíritus de los pocos que tuvimos las santas narices de levantarnos a las 4 de la mañana para ver primero la clasificación el sábado, y, luego, la carrera el domingo. No dudo que habría quien tuviera a bien sentarse delante del televisor al llegar a su casa tras la consabida noche de jarana del viernes, pero el tifosi de verdad, el de "el bueno de Taruffi, siempre fue un caballero dentro y fuera de la pista", se acuesta a las 10 de la noche del sábado para poder reconfortarse con el orgullo de haberse levantado a media noche por su afición.

Hablando de lo puramente deportivo, la cosa empezó agridulce el sábado, con la primera pole de Kimi en Ferrari y el problema con el cambio de Felipe. El domingo no hubo ningún vuelo ni nada parecido, pero el camino hacia la victoria que planteó Ferrari con Raikkonen, la carrera seria y sobria de Alonso y el debut sin fallos de Hamilton (nada que ver con el barbilampiño Kovalainen), y la espectacular remontada que se marcó Felipe Massa desde la última posición hasta el sexto puesto final, hicieron que, al menos para mí, el interés no decayera, y eso contando de nuevo con que las horas no eran las más propicias.

Queridos niños, seguro que estáis esperando los correspondientes espumarajos provocados por las estupideces de siempre del ínclito calvo Antonio Bobato, del gordo estúpido al que tanto le gustan las enlazadas, y del tontolculo cuya mejor baza es dejar a los entrevistados con la palabra en la boca. Como necesitaría otro blog para contar todos los ardores de estómago que me provocan estos tres caballeretes, me limitaré a plasmar, al más puro estilo "museo de los horrores", algunas de las perlas que me infligieran especial dolor.

En la clasificación del sábado, al salir todos los coches excepto el de Alonso en la Q3, dijo Bobato: "Esperemos que los últimos sean los primeros, como dice el popular refrán español". Tú sí que eres el último, pedazo de iletrado, analfabeto y sandio.

También estuvo grandioso el gordo tarado, cuando, a falta de escasas 10 vueltas para terminar la carrera, estando Kimi a más de 15 segundos de Alonso y éste recortando a un ritmo de 3 décimas por vuelta, tuvo las santas narices de decir que "Alonso le mete presión a Raikkonen". Ni qué decir tiene que igualmente me holgué mucho con sus deseos de rotura de transmisión para los Ferrari, nada nuevo cuando viene de dos especímenes cuyos embragues cerebrales hace mucho que se griparon.

En otro orden de cosas, recomendar el visionado en diferido en telecinco sport tanto de los entrenamientos como de la carrera a las 10 de la noche del día del evento. Los comentarios desapasionados y la introducción este año de la imagen en formato 16:9 (algo que no se ve en directo, por supuesto, ¡qué se han creído!) lo hacen muy recomendable.

jueves, 15 de marzo de 2007

De secretos inconfesados


Una golfa cualquieraEn mi declaración de intenciones no escrita me especifiqué que no iba a tratar temas de actualidad o a hacerme eco de las chorradas que pueda ver que otros escriben por Internet; de hecho, si quisiera oír chorradas, me prestaría atención mientras intento pensar. Sin embargo, los presuntos temas de actualidad no incluyen ni mis inquietudes ni mis vivencias personales, si estas vienen dadas por los hechos acaecidos en las fechas oportunas.

Como decía, habiendo otros que miden con éxito el pulso de lo que se cuece en Internet, y cumpliendo aquello que sí dije en su momento de plasmar aquí mi odio hacia todo bicho viviente, vengo hoy a hablar de algo que, si bien he encontrado en Internet, creo digno de mención en tanto en cuanto ha provocado una irrupción de encontrados sentimientos en la cerrazón de mi mollera, que tanto porfía en mantenerse ajena a cuanto pueda haber en el mundo de sensiblería o ñoñez.

Al hilo de una noticia que he leído hoy mismo, he venido a dar con lo que viene a ser un confesonario público (impúdico en ciertas ocasiones), donde el internauta de pro viene a ofrecer, primeramente, su inmundicia, su vergüenza, su secreto, y, a continuación, una pizca de arte: http://postsecret.blogspot.com.

La mecánica es simple: se le envía una postal al señor Frank Warren con el secreto inconfesado, y él, cual ministro de Dios, absuelve del pecado, del pesar o de la tristeza, con la simple publicación anónima de la misma. Expiado pues el pecado, tranquila la conciencia. Sí, soy perfectamente consciente de que con gran seguridad la inmensa mayoría de las postales no sean más que la mezcla de elucubraciones de fin de semana con una buena dosis de tiempo libre, pero el hecho de que cada una de esas imágenes me dé que pensar, me transmita una sensación o un recuerdo, me identifica como un confeso más. Sí, también yo tengo secretos que confesar, así que, ¿por qué no habría de creer en la sinceridad de lo que ahí se expone?

Pudiera pensarse que esta página pudiera ser una excentricidad más en el piélago de curiosidades que inundan Internet, pero, a la vista de los datos, la verdad es que parece que la gente necesita contar lo que no puede contar.

Me quedo no obstante con la parte optimista de la página: si confesarse ayuda a alguien, bienvenido sea.

Por mí como si ...
Queridos niños: yo, quiero creer que al igual que todos, también soy un inconfeso al que no le gusta revelar lo que mantiene su conciencia un paso por detrás de sus actos; entre todos, el secreto inconfesado que voy a compartir con vosotros es que no entiendo por qué vivimos en una sociedad en la que realmente deban haber secretos inconfesables.

Una vez más, vengo a parafrasear con poco juicio a mi buen amigo don Quijote, cuando dice que:

no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que muerte no consuma.
Debe ser, querido Alonso Quijano el bueno, que no ha corrido el tiempo suficiente para mí.

martes, 13 de marzo de 2007

De la implementación del Universo en Java y los Monty Python

Cerúlea se me ha quedado la cara leyendo el comentario al post de ayer de mi buen amigo Malasombra. Y es que este ladino personaje sabe dar donde duele: primeramente, en la entrepierna, y, a continuación, en el orgullo. El mero hecho de hablar de algo y no mentar a los Monty Python ya debiera hacerme arrastrar por el barro avergonzándome de dejar en el olvido sus aportaciones al siempre infravalorado mundo de la programación spaghetti.

Siguiendo al hilo de las sanas costumbres programáticas según las cuales se puede uno hacer imprescindible para cualquier modificación de lo ya codificado e instalado en cliente, siempre se pueden aprender emocionantes y novedosas técnicas. Me van a tener que permitir citar el ejemplo original en la lengua de Shakespeare:

Use constant names like LancelotsFavouriteColour instead of blue and assign it hex value of $0204FB. The color looks identical to pure blue on the screen, and a maintenance programmer would have to work out 0204FB (or use some graphic tool) to know what it looks like. Only someone intimately familiar with Monty Python and the Holy Grail would know that Lancelot's favorite color was blue. If a maintenance programmer can't quote entire Monty Python movies from memory, he or she has no business being a programmer.
¡Qué belleza!, ¡qué elegancia!, ¡qué sofisticación!, ¡qué maravilloso compendio de mala leche y profundo conocimiento de los más intrincados mecanismos de codificación de una simple variable!.

Sin embargo, quien piense que este nivel de malsana inquina es difícilmente superable, no ha visto el siguiente ejemplo:
for(j=0; j < myArray.length; j+=8)
{
total += myArray[j+0];
total += myArray[j+1];
total += myArray[j+2]; /* Main body of
total += myArray[j+3]; * loop is unrolled
total += myArray[j+4]; * for greater speed.
total += myArray[j+5]; */
total += myArray[j+6];
total += myArray[j+7];
}
Bello, ¿no es cierto? Para el lector bienintencionado o el ojo poco entrenado no es más que la suma de todos los valores contenidos en un cierto array, pero, bajo la perversa mano del programador extremo, esto es lo que en realidad está codificado:
for(j=0; j < myArray.length; j+=8)
{
total += myArray[j+0];
total += myArray[j+1];
total += myArray[j+2]; /* Main body of
total += myArray[j+3]; * loop is unrolled
total += myArray[j+4]; * for greater speed.
total += myArray[j+5]; */

total += myArray[j+6];
total += myArray[j+7];
}
¡Cuánta pérfida perfección contenida en tan pocas líneas! ¡Bjarne Stroustrup se revolvería en su tumba de no ser porque el hijo de puta aún sigue vivo!

Ahora, si alguien espera que retome el tema que me había traído aquí, que no era otro que el de codificar el universo en Java según el punto de vista Pythoniano, va de culo.

No obstante, y por pegarme la machada de cara a la galería, ahí dejo lo siguiente:
public interface HijoDeDios extends Dios {...}

public abstract class Hombre implements HijoDeDios,
Serializable {
...
public static boolean isPringao() {
return true;
}
...
}

public abstract class Mujer implements HijoDeDios,
Serializable {
...
public Mujer (Costilla costilla);

public static boolean isGolfa() {
return true;
}

public final void tenerConversacion()
throws UndefinedException {
throw
new UndefinedException("Método no implementado");
}
...
}

public class Pringao extends Hombre {...}

public class Golfa extends Mujer {...}

Hombre adan = new Pringao();
Mujer eva = new Golfa(adan.getCostilla();

Y para satisfacer personalmente a nuestro querido Pedro, usamos el Factory para la creación del sentido de la vida:
SentidoDeLaVida sdv = new SentidoDeLaVidaFactory()
.getSentidoDeLaVida("Monty Python",
hijoDeDios.getDatosUsuario());
universo.put("sentidoDeLaVida", sdv);

Queridos niños: como hemos visto en la llamada al constructor, la implementación del sentido de la vida depende de cada hijo de Dios. Buscad el vuestro y, cuando lo encontréis, haced el favor de no venir a tocar los cojones a los desgraciados de siempre.

PD: Para más información acerca de los antipatrones de diseño, no me preguntéis a mí. ;)

lunes, 12 de marzo de 2007

Del Universo en expansión y los problemas de memoria

Dicen que cuando la gente se hace mayor tiende a acercarse más a Dios. En cierta ocasión me dijo un amigo "Todo los cabrones, en el lecho de muerte, se acojonan y dicen ¡Creo en Dios! ¡Creo en Dios!, pero esos hijos de puta van a ir al infierno". Yo, que intento ser persona de bien, también tengo mis más y mis menos, y, como cualquiera, en no pocas ocasiones me planteo por qué poblamos este punto azul pálido en la inmensidad del firmamento; por qué hemos venido a la vida; por qué, en definitiva, estamos aquí comiendo mierda.

Si unimos mi desarrollo laboral actual, mis inquietudes y mi creencia personal en la existencia de un ser superior (al fin y al cabo, si toda la materia y energía conocida proviene del Big Bang, ¿de dónde provienen las partículas o energía necesaria para el nacimiento del Universo? A mí no se me ocurre nada, y a los científicos parece que tampoco, así que lo damos por bueno), puedo afirmar sin ningún temor a equivocarme que el Universo está hecho en Java.

Atendiendo al libro que ha marcado los devenires de la sociedad occidental, en la cual me encuentro, vemos en su comienzo:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
que vendría a ser, clarísimamente:
public class Universo implements Runnable 
extends Hashtable {
...
};

Universo universo = new Universo();
universo.start();
universo.put("cielo", new Cielo());
universo.put("tierra", new Tierra());

Seguimos con:
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Que sería:
Tierra tierra = universo.get("tierra");
tierra.setOrdenada(false);
tierra.setVacia(true);
tierra.setAguas(new Aguas());
tierra.getAguas().add(new EspirituDeDios());
tierra.setLuz(true);

Más o menos sigue la cosa así hasta que vemos:
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.

O lo que es lo mismo:
tierra.add(new Bichos());

Pero viene aquí la parte que nos atañe más directamente:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

¡Oh! ¡Por fin estamos aquí!
public class Hombre extends Dios implements Serializable {
...
public static boolean isPringao() {
return true;
}
...
}

Y el opuesto femenino:
public class Mujer extends Dios implements Serializable {
...
public static boolean isGolfa() {
return true;
}
...
}

La Naturaleza, sabia ella, no es la encargada de dar la vida, sino de quitarla. La gran suerte que tenemos de vivir se compensa sabiendo que algún día la Naturaleza vendrá a reclamar lo que no es nuestro para poder dárselo a otro. Ya decía Cervantes que "la Naturaleza es el mayordomo de Dios en la tierra". Y como Cervantes erraba en muy pocas ocasiones, podemos afirmar sin temor alguno que la Naturaleza es el Garbage Collector.

Sin embargo, no todo es de color de rosa. Estudios astronómicos han confirmado que el Universo está en constante expansión. Dicha expansión, sin ninguna duda, está provocada por el voraz algoritmo de consumo de recursos que tiene la propia implementación del Universo.

¿Cuándo llegará la máquina virtual a llenar toda la memoria? El tan temido final del sistema en el que vivimos acabará con nosotros tan rápidamente que cuando queramos darnos cuenta no vamos a tener posibilidad de lanzar ninguna excepción para remediarlo.

Queridos niños: atesorad cada momento de vuestra vida como si fuera el último, y no busquéis un pendrive donde guardar aquello que no distrutáis porque, en efecto, en cualquier instante nuestro servidor dirá:
Exception in thread "main" java.lang.OutOfMemoryError
Y entonces será demasiado tarde.

sábado, 10 de marzo de 2007

De la ignominiosa libertad que dio un sandio a un protervo malhechor que mal de su grado era llevado donde no quisiera ir


Ginesillo del ParopilloCuenta Cide Hamete Benengeli, autor arábigo y manchego, en esta gravísima, altisonante, minuciosa, dulce e imaginada historia, que don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino que llevaba venían hasta doce hombres a pie, ensartados por los cuellos como cuentas en una gran cadena de hierro, y todos con esposas a las manos, y que así como Sancho Panza los vio, dijo:

—Ésta es cadena de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras.

—¿Cómo gente forzada? —preguntó don Quijote—. ¿Es posible que el rey haga fuerza a ninguna gente?

—No digo eso—respondió Sancho—, sino que es gente que por sus delitos va condenada por la justicia a servir al rey en las galeras, de por fuerza.

—En resolución—replicó don Quijote—, como quiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad.

—Así es—dijo Sancho.

—Pues desa manera —dijo su amo—, aquí encaja la ejecución de mi oficio; desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables.

—Advierta vuestra merced—dijo Sancho—, que la justicia, que es el mesmo rey, no hace fuerza ni agravio a semejante gente, sino que los castiga en pena de sus delitos.

Llegó, en esto, la cadena de los galeotes, y don Quijote, con muy corteses razones, pidió a los que iban en su guarda fuesen servidos de informarle y decirle la causa o causas porque llevan aquella gente de aquella manera.

—Aunque llevamos aquí el registro y la fe de las sentencias de cada uno cestos mal aventurados, no es tiempo éste de detenerles a sacarlas ni a leerlas; vuestra merced llegue y se lo pregunte a ellos mismos, que ellos lo dirán si quisieren, que sí querrán, porque es gente que recibe gusto de hacer y decir bellaquerías.

Con esta licencia, que don Quijote se tomara aunque no se la dieran, se llegó a la cadena, y a uno que venía diferentemente atado que los demás, porque traía una cadena al pie, tan grande, que se la liaba por todo el cuerpo, cerrada con un grueso candado, de manera que ni con las manos podía llegar a la boca, ni podía bajar la cabeza a llegar a las manos. Preguntó don Quijote que cómo iba aquel hombre con tantas prisiones más que los otros. Respondióle la guarda porque tenía aquél solo más delitos que todos los otros juntos, y que era tan atrevido y tan grande bellaco, que, aunque le llevaban de aquella manera, no iban seguros de él, sino que temían que se les había de huir.

—¿Qué delitos puede tener—dijo don Quijote—, si no han merecido más pena que echarle a las galeras?

—Va por diez años—replicó la guarda—, que es como muerte cevil. No se quiera saber más sino que este buen hombre es el famoso Ginés de Pasamonte, que por otro nombre llaman Ginesillo de Parapilla, o, según yo entiendo, a lo mismo pudiera llamarse Ginesillo De Juana o de su hermana.

De esta manera le preguntó don Quijote que por qué pecados iba de tan mala guisa. Él le respondió que por burlarse iba de aquella manera.

—¿Por eso no más? —replicó don Quijote—. Pues si por bromear echan a galeras, días ha que pudiera yo estar bogando en ellas.

—No son los mofas como las que vuestra merced piensa —dijo el galeote—, que las mías fueron que recibía tanto gusto en el dolor ajeno que me vi en la necesidad de asesinar a veinte y cinco personas, por las cuales no hube de pasar en galeras ni nueve meses por cada una de ellas. Y quiso mi ingenio, que lo tengo muy envidiado, llevarme a decir mientras estaba en la cárcel que “Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia”, por lo cual, y por otra serie de amenazas sin importancia, quisieron que no saliera de ella, mas yo, defendiendo mi libertad, vine a dejar de comer, con lo cual tengo por sabido que en breve habré de forzar al rey a romper la orden que tiene dada la justicia de tenerme preso.

—De todo cuanto me habéis dicho he sacado en limpio que, aunque os han castigado por vuestras culpas, las penas que vais a padecer no os dan mucho gusto, y que vais a ellas muy de mala gana y muy contra vuestra voluntad. Todo lo cual se me representa a mí ahora en la memoria, de manera que me está diciendo, persuadiendo y aun forzando, que muestre con vosotros el efecto para que el Cielo me arrojó al mundo, y me hizo profesar en él la orden de caballería que profeso, y el voto que en ella hice de favorecer a los menesterosos y opresos de los mayores. Pero, porque sé que una de las partes de la prudencia es que lo que se puede hacer por bien no se haga por mal, quiero rogar a estos señores guardianes y comisario sean servidos de desataros y dejaros ir en paz. Pido esto con esta mansedumbre y sosiego, porque tenga, si lo cumplís, algo que agradeceros; y cuando de grado no lo hagáis, esta lanza y esta espada, con el valor de mi brazo, harán que lo hagáis por fuerza.

—¡Donosa majadería! —respondió el comisario—. ¡Bueno está el donaire con que ha salido a cabo de rato! ¡Los forzados del rey quiere que le dejemos, como si tuviéramos autoridad para soltarlos, o él la tuviera para mandárnoslo! Váyase vuestra merced, señor, norabuena su camino adelante, y enderécese ese bacín que trae en la cabeza, y no ande buscando tres pies al gato.

—¡Vos sois el gato, y el rato, y el bellaco!—respondió don Quijote.

Y, diciendo y haciendo, arremetió con él tan presto, que, sin que tuviese lugar de ponerse en defensa, dio con él y con la justicia en el suelo; él malherido de una lanzada, ella malherida de ignominia. Vinieron a ayudar los galeotes, procurando romper la cadena donde venían ensartados.

—Bien está esto —dijo don Quijote—; pero yo sé lo que ahora conviene que se haga

Y llamando a todos los galeotes, que andaban alborotados y habían despojado al comisario hasta dejarle en cueros, se le pusieron todos a la redonda para ver lo que les mandaba, y así les dijo:

—De gente bien nacida es agradecer los beneficios que reciben, y uno de los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud. Dígolo porque ya habéis visto, señores, con manifiesta experiencia, el que de mí habéis recibido.

Ginesillo, que no era nada bien sufrido, estando ya enterado que don Quijote no era muy cuerdo, pues tal disparate había cometido como el de querer darles libertad, hizo del ojo a los compañeros, y apartándose aparte, comenzaron a llover tantas piedras sobre don Quijote, que no se daba manos a cubrirse con la rodela. Sancho se puso tras su asno, y con él se defendía de la nube y pedrisco que sobre entrambos llovía. No se pudo escudar tan bien don Quijote, que no le acertasen no se cuántos guijarros en el cuerpo, con tanta fuerza, que dieron con él en el suelo.

Solos quedaron jumento y Rocinante, Sancho y don Quijote; el jumento, cabizbajo y pensativo, sacudiendo de cuando en cuando las orejas, pensando que aún no había cesado la borrasca de las piedras, que le perseguían los oídos; Rocinante, tendido junto a su amo, que también vino al suelo de otra pedrada; don Quijote, mohinísimo de verse tan malparado por los mismos a quien tanto bien había hecho.

Queridos niños: grande fue el molimiento que hubo de recibir don Quijote para acabar diciendo aquello de:

—Siempre, Sancho, lo he oído decir, que el hacer bien a villanos es echar agua en la mar. Si yo hubiera creído lo que me dijiste, yo hubiera escusado esta pesadumbre.

Voto a Dios no se nos revuelva nuestro don hijo de la puta o don Ginesillo del Paropillo o don Ginesillo De Juana, y nos muela las costillas muy a su sabor, como no sería de extrañar, pues quien busca el peligro, perece en él.

jueves, 8 de marzo de 2007

Del día de la mujer trabajadora y otras fiestas de guardar

¡A barrer!Esta misma mañana me he enterado con grande gozo de que hoy es el día de la mujer trabajadora. El hecho inmutable de no ser mujer trabajadora me exime, primeramente, de tener la más mínima obligación moral de conocer fecha tan señalada en el santoral y, a continuación, de que me importe lo más mínimo.

Reconozco sin embargo que siglos de opresión machista, de negación de derechos, de vejaciones físicas y morales, de sumisión forzosa, de desdenes y displicencias, han sido finalmente resarcidas y reparadas: ¡por fin hay un día dedicado a la mujer trabajadora!

En esta tendencia progre de asignar un día especial a cada uno de los especímenes que pueblan la faz de la tierra, no son de extrañar hechos tan relevantes para el progreso de la humanidad como el ver a una miríada de mocetones mostrando sus antaño hirsutos y fláccidos pectorales, ahora depilados y bien torneados, gritando a los cuatro vientos su gusto por la sodomía. A quien se le diga que alguien pueda salir a la calle a celebrar que le han roto el culo, seguramente no dé crédito, pero, si se le concede un nombre rimbombante al festejo y se acompaña con una música lo suficientemente ignominiosa, se alaba con amplia cobertura mediática.

Al hilo de lo que nos traía, son grandes los logros que las feministas han conseguido en los últimos tiempos en pro de la dignidad de las mujeres trabajadoras: ya no se ven tan a menudo como antaño buenas señoras arrastrarse por el suelo o pasarse el día escoba en mano.

Digo tan asiduamente porque, como es de recibo, sarna con gusto no pica, y, si la labor que se hace por obligación es ofensiva y humillante, haciéndose por voluntad propia se convierte en reconfortante esparcimiento. Y es que fregar y barrer ya no son dignas labores (domésticas o no) si no se comparten con el varón de turno, pero si ese arrastrar y barrer va acompañado del pertinente seguimiento mediático del que hablábamos, entonces se convierte en miel sobre hojuelas.

Nalgas al vientoEse fregar y barrer, recubierto de dignidad y valentía, también recibe un nombre rimbombante: Curling.

Aquí ya no es vejatorio ni arrastrarse, ni barrer, ni elevar las nalgas al cielo ante la mirada extasiada de los sufridos telespectadores que, con la cerveza en una mano y un cuenco de frutos secos en la otra, disfrutan con la mayor de las dichas posibles para un varón: ver mujeres haciendo deporte.

Queridos niños, yo hoy voy a celebrar el día dedicado a mi querida Mónica Bellucci, de profesión sus labores.

miércoles, 7 de marzo de 2007

De ventiscas y tornados


¡Que nos volamos!Hoy ha sido un día raro en Manhattan. Cuando todo el mundo pensaba que iba a llover, al final ha venido un tornado que casi nos lleva a todos hasta el país de Oz. Más como el espantapájaros sin cerebro que como el león valiente, hemos ido saliendo del edificio con más miedo que vergüenza.

Creo que el tornado expresa bien mi estado mental actual: agorero, violento, revuelto, proclive al catastrofismo y con cambios de rumbo tan inopinados como inciertos .

Queridos niños: cerrad los ojos, juntad las manos, chasquead vuestros zapatos de rubíes y repetid conmigo:

¡No hay lugar como el hogar!

No hay lugar como el hogar

martes, 6 de marzo de 2007

De los que se van y los que se quedan

Aquí jodidos, viendo cómo se van los amigosDice el saber popular aquello de hombre refranero, maricón y mal consejero; pero el saber popular, como saber del vulgo que es, la mayoría de las veces se equivoca.

Digo esto porque, a sabiendas de que habrá quien me ponga alguna justificada tacha, dejo meridiamante claro que, en efecto, voy a hacer lo que voy a hacer con premeditación y alevosía.

Y es que hoy se puede justificar el decir que buenos amigos y buenos abriles, uno entre miles, y, cuando el buen amigo parte en busca de mejor vida, se le encuentran a uno en la mente dos pensamientos antagónicos: el uno, la alegría por la mejora; el otro, la tristeza por la marcha. Y es que la risa es la hermana del llanto; cosa que, por desgracia, últimamente estamos confirmando en Manhattan con más asiduidad de la deseada; bien viene aquí eso de que mal que solo venga, por ventura se tenga.

Siguiendo con esto, y sabiendo además que quien la verdad dice, ni peca ni miente, puedo decir pues que el hacer bien a villanos es echar agua a la mar, y cuando la mar se ve influída por la luna en forma y manera que a uno le tocan la honra, la moral y los genitales, suele ser dificultoso encontrar otra que buscarse las habichuelas en otros lares, máxime cuando sabe que a buen servicio, mal galardón, y que, otro vendrá que bueno te hará.

Si algo me han enseñado mis padres y he procurado aprender en la vida, es júntate con buenos y serás uno de ellos. No es mi voluntad tener hoy el tema plagado de sentimentalismos baratos, pero, como aquí yo digo lo que me da la gana a sabiendas no sólo de que tengo razón en todo, sino de que además va a ser criticado con la misma severidad que yo mismo me dispenso, voy a refocilarme especialmente con la sensiblería de una mujerzuela: no hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma. Los dolores del alma son los más duros de tratar, porque sólo se pueden diagnosticar con el corazón. He dicho.

A los que se han ido, a los que se van, a los que vendrán y a los que se irán, les digo que camino largo y penoso, más meritorio y glorioso, así que valor y al toro.

Como no todo iban a ser aforismos de barra de bar, que diría aquel, completo las sandeces de hoy con una de mucho gusto: de la suegra y el doctor, cuanto más lejos mejor. Y cada cual que saque sus propias conclusiones.

Queridos niños, la enseñanza de hoy es bien clara: más matan faldas que balas. Así que, queridos niños, a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga.

Id con Dios.

lunes, 5 de marzo de 2007

De las aficiones y los gustos

El espécimen televisivoMe gusta ver la televisión. Es además esta una de esas raras aficiones en las que el aficionado se precia de serlo por el mero hecho de no hacer nada por evitarlo.

- ¿Usted qué hace?
- ¿Yo? Nada.
- Entonces será que a usted le gusta ver la televisión.
- Así será.
- Adios.
- Adios.
Lo pernicioso de que a uno le guste algo es que, por añadidura, tiende a querer gozar con aquello que le gusta. Sin embargo, cuando pretende disfrutar con aquello que otras personas han hecho, no para que disfrute uno, ni de ellos mismos, ni de sus jefes, ni de los inversores en la empresa de sus jefes, sino con el ánimo (loable, no lo dudo) de llenar un hueco en la parrilla, se haya con la contrariedad de que lo más normal es que se despachen con un bodrio del más alto nivel.

No me veo en la necesidad (ni en el gusto, todo sea dicho) de suscribirme a ningún servicio de canales de pago, en tanto en cuanto la actual oferta televisiva (nada menos que 32 canales en mi caso) satisface holgadamente el escaso tiempo que tengo para dedicarle. Sin embargo, y atendiendo a la premisa dicha de que la posibilidad de encontrar algo digno de ver es inversamente proporcional al interés con que uno pretende recrearse con ello, lo más normal es pasar las horas muertas subiendo y bajando canales y maldiciendo lo imposible.

Al hilo de este subir y bajar canales sintónicos, últimamente uno se encuentra por lo común con unos documentos gráficos cuyos componentes sociológicos son capaces de atemorizar al más animoso de los telespectadores. Entre ellos hay un cierto programa (lamento no saber ni el nombre ni la cadena de televisión donde se emite, pero incluso de saberlo sería mejor obviarlo) donde una serie de jóvenes post-púberes se ofrecen al mercado enseñando la dentición, el pechamen y los cuartos traseros, cual res en lonja de ganado. Todo esto en el conveniente horario infantil, por supuesto.

A fin de mejorar la respuesta del respetable, lo usual es que ellas nos deleiten con el maquillaje de una meretriz a la busca de un estibador borracho, camiseta lo sufientemente ceñida como para despejar cualquier duda acerca de que el hecho de llevar un sostén 3 tallas menor que la necesaria no ha sido por error, sino por gusto, y unos pantalones de cintura baja desde los cuales se puede uno asomar al escote del culo y encontrarse sin mayores problemas con los tobillos de la interfecta. Los pantalones son sustituibles, eso sí, por la famosa falda cinturón, legendaria por tapar tan poco como poco hay que ver.

Para ellos, invariable corte de pelo en el que Churchill podría apagar orgulloso el puro sin dejar caer ni una esquirla de ceniza, camiseta igualmente tan ceñida como su intelecto, y un porte chulesco digno de películas de vaqueros de los años 70.

Debo decir que me huelgo de contar en mi haber con un bagaje social botellonesco tan ignominioso como limitado, donde se comparte espacio con una marabunta de gente desconocida en ese tipo de sitio donde uno tiene la extraña sensación de que en cualquier momento puede llegar el mismísimo Groucho a decirle aquello de:

No diga nada, en esta habitación sobra una persona y creo que es usted.

Siempre podemos ir a peor.
Y es que, por mucho que uno piense que hemos llegado al culmen de la estulticia humana, la humanidad siempre está dispuesta a sorprendernos. Para mal.

Queridos niños, hoy hemos aprendido algo de mucha importancia: haced el favor de apagar la televisión y encended vuestras mentes.

viernes, 2 de marzo de 2007

De los quehaceres matutinos


Toma pedo matutinoHace un par de días comentaba entre amigos un curioso sucedido que me había sobrevenido esa misma mañana; lo extraño del caso les movió a hilaridad y sorpresa a partes iguales, casi tanto como a mí me había llevado a la mayor de las preocupaciones, primeramente por lo inusitado del hecho y a continuación por la somnolencia que me acompañaba. Comentéles igualmente la intención que tenía de tratar el asunto en este mi nuevo foro de opinión en cuanto teorizara sobre las causas del mismo, lo cual, más que a la hilaridad, les movió a la carcajada.

Sin haber tratado más el tema, hoy uno de los presentes en aquella conversación ha tenido a bien honrarme con la lectura de la estupidez que escribí ayer mismo, y, en llegando a lo que decía de

[...] Continuando, ahora sí, con lo que nos traía frente al teclado, y que venía a ser el querer contar aquello que me ha acontecido esta misma mañana [...]
se le ha venido a la imaginación que iba a tratar el asunto de marras, con lo que, sin seguir leyendo, no ha podido por menos que liberar la risa que le ha traído la memoria de aquello que me sucedió. Lamentablemente, no era aquello sobre lo que versaba lo que nos traía frente al teclado, de modo que gran parte del gusto recibido se disipó con tanta celeridad como había venido.

Empero, con un par de días para meditar sobre el asunto (y tras una investigación con tan fútil como infructuosa), me veo perfectísimamente capacitado no sólo para hablar de lo sucedido, sino, creando un nuevo Principia Mathematica, sentar cátedra en el interesantísimo problema.

Desvelando el misterio que no es tal, he de decir que aquello acontecido en el quehacer matutino no fue otra cosa que el verme sorprendido por una ventosidad (propia) al entrar en la ducha. Lo inusitado, por supuesto, no fue la flatulencia en sí, sino el más que repulsivo e incómodo hedor que sobrevino a continuación.

En efecto, aquello que emanaba de tan pudenda parte no debía tener su origen más arriba, sino mucho más abajo; casi con toda seguridad en el mismísimo averno.

Si mi ignorancia y mi mala memoria, que no van a la zaga de mi estupidez, no me hubieran jugado la mala pasada de hacerme olvidar la ley de Gay-Lussac (pese a apellidarse Gay uno de sus enunciadores, no confundirla con la ley de Mahoma), hubiera recordado de inmediato que

y que, como muy bien apuntaba otra buena amiga mía, aumentando la temperatura aumenta necesariamente el volumen del gas, con lo que este tiende de manera natural a expandirse y a llegar a nuestras narices tan rápidamente como se originó.

¿Ducharme con agua fría para evitar el mal rato? No, gracias. Si mi misoginia me ha mantenido bien a salvo hasta ahora de las duchas de agua fría, no va a conseguir un cierto mal olor privarme de disfrutar de mi merecida aportación al calentamiento global.

Queridos niños, espero que la enseñanza de hoy os sea de utilidad en la cotidianidad de vuestra vida: no os tiréis (en la medida de lo posible) pedos en la ducha.

jueves, 1 de marzo de 2007

De la divulgación de la cultura y las músicas de ascensor


Pues heme aquí de nuevo afrontando la gustosa tarea de contar las divagaciones de este pobre loco, cada día más cargada de responsabilidad en tanto en cuanto ha sido acogida con tanto cariño como gozo ha provocado en mí que haya provocado, cuando menos, alguna sonrisa. Huelga decir que, acorde con mi principio moral de no esperar de los demás aquellos parabienes que yo no otorgaría de no creerlos merecidos (no confundir los parabienes con mi odio, que dispenso gratuita y altruistamente a los cuatro vientos con tanta profusidad como grande regocijo produce sobre mi ego y mis gónadas el ofrecer al mundo y a sus moradores aquello que mejor hago), agradezco sinceramente los comentarios escritos, dichos o hablados a la hora del café si es menester.

Pero como no sólo del ego momentáneo vive el blogger anónimo, necesita avivarlo con nuevos comentarios, y para ello nada mejor que realizar el pertinente examen de conciencia y buscar en las vivencias del día algo absurdo que comentar.

El escribir examen y ponerle inconcientemente un innecesario acento (o tilde, para satisfacer los pareceres de la mayoría de nuestros lectores), he recordado la observación que, acertadamente a mi parecer, me hizo un cierto amigo mío, que vino a ser algo así como:

La gente tiende a escribir examen con acento por aquello de que exámenes sí lo lleva, y, para desgracia del común de los estudiantes, los exámenes nunca vienen solos.
Sí, claro, admito que esto no tiene nada que ver ni con el tema que estaba tratando ni con el que me disponía a tratar, pero se me ha venido a la cabeza, y, habida cuenta de que estos ejercicios mentales míos plasmados en escritos sin sentido han sido concebidos primeramente para satisfacerme a mí, y luego a los demás, me ha parecido conveniente, dignum et iustum, el incluirlo, al igual que he incluido este párrafo por sí mismo.

Continuando, ahora sí, con lo que nos traía frente al teclado, y que venía a ser el querer contar aquello que me ha acontecido esta misma mañana, digo que no ha sido otro sucedido que el encontrarme a primera hora de la misma subiendo a tomar un café en un cierto ascensor de un cierto centro comercial, donde la sintonía que se escuchaba no era otra que la 9ª sinfonía de Ludwig van Beethoven. ¿Qué hubiera sido de mí de habérseme venido a la cabeza en ese momento la película de Kubrick? La sorpresa ha sido cuasi tan mayúscula que no he acertado a reaccionar hasta haberme tomado un delicioso y bien aderezado con mantequilla y mermelada (no de fresa, por favor) croissant.

Aunque este es un blog presuntamente acotado por los límites de mis enajenaciones, quiero ahora instar a los posibles lectores a involucrarse activamente en mis locuras (por aquello de ser progre y ponerse en el pellejo del otro, aunque ese otro no sea más que un protervo asesino de 25 personas) y realizar la siguiente operación:

- Pulsar sobre el siguiente enlace.
- Guardar el fichero enlazado
- Encolar dicho fichero en el reproductor de sonido preferido
- Marcar (si existe) la opción de "repetición en bucle"
- Escuchar la grabación una y otra vez hasta que, ante la pregunta de "¿qué tal le va?" uno responda instintivamente: "¡croissant!"

Queridos niños, muchas han sido hoy las divagaciones y escaso el contenido, así que, para terminar, sólo me resta decir que confío en que a cierto compañero mío no le parezca que peco hoy en demasía, como he pecado y espero seguir pecando, de pleonasmo.

Cojeo, luego tengo una pierna más corta.