miércoles, 28 de octubre de 2009

De la historia del vino, y la influencia de ésta en la cultura occidental


Tengo la certeza de que el vino marcó la diferencia entre la cultura occidental iniciada por los griegos que ha llegado hasta nuestros días. Mira quién no hace vino.

— Aztecas y otros indígenas sudamericanos: no logramos que aprendan ortografía. Al menos logramos enseñarles que comerse a sus propios hijos no era decente. Y otras cosas peores que prefiero no decir.

— Musulmanes: su máxima distracción consiste en poner bombas y pegar tiros al aire. No pueden ver fotos guarras y no saben lo que es un escote.

— Chinos y Japoneses: tristes y tristes. Los chinos ya fermentaban mosto hace miles de años, pero la jodieron al meter dentro lagartos y huevos de pato rancios.

— Africanos: no comen ni beben nada que no pueda ser atravesado por una lanza. Además no tienen paciencia. Cazan un elefante y se lo comen en una única fiesta. Serían incapaces de hacer un vino gran reserva.

En EEUU, Australia y Sudáfrica se introdujo el vino con éxito, salvando así de la ignominia a unos pocos. Pero muy pocos.

Conclusión: el camino más corto entre el hueso lanzado por el mono y la nave espacial pasa por 4.000 años de cultura vinícola.

Y al que no le gusta el vino es un animal.

— Mi amigo Ufo, hablando sobre la relación entre el cultivo de la vid y la idiosincrasia de la vieja Europa (con permiso del autor)


Para saber más sobre los viñedos de Jarno Trulli, podéis visitar la página web de Podere Castorani.

domingo, 25 de octubre de 2009

De cuándo se le puede llevar la contraria a las mujeres


Pues hete aquí que andaba volviendo a mi casa hace un par de días cuando hube de detenerme en un semáforo a la espera de que se pusiera en verde para poder cruzar. En esto que una pareja, con pinta de pijillos pero no superoseas, de unos 30 ó 35 años y que bajaban por la acera contraria, cruzaron ignorando cualquier señal de tráfico precisamente a la altura del paso de cebra en el que yo aguardaba.

Como un moderno filibustero, pero con bolso de Prada y mechas rubias, me vino a abordar la mujer con algo entre las manos.

—Perdona, ¿me puedes decir de qué color es esto? —me dijo mientras me enseñaba una especie de cinta de tela bastante sobajada, que al principio pensé que era de esas que se usan para llevar el móvil enganchado al cuello, pero que luego clasifiqué como sin utilidad definida.

—A mí me parece naranja. Naranja oscuro, quizás —le contesté reticente, pensando que se trataba de alguna especie de timo, maniobra de despiste o cámara oculta.

En ese momento vi de reojo cómo el varón que la acompañaba, que se había quedado detrás a cierta distancia pero pendiente de la acción, comenzaba a reírse. No a carcajadas; no sonoramente, ni tan siquiera de manera evidente. Pero se reía.

Un frío gélido nos envolvió tanto a ella como a mí mientras los ojos de la mujer se concentraron en los míos buscando posiblemente que me explotara la cabeza, se me saliera el cerebro derretido por las orejas, o me tragara allí mismo una de las zanjas de Gallardón.

—Gracias —me respondió ella tan secamente que cuando tragué saliva sonó como si estuviera rascando un cepillo de púas contra una encimera de mármol.

Mientras yo permanecía, sorprendido, en el mismo sitio, la mujer se fue calle abajo con paso rápido y enojado. Poco le faltó para romper el suelo con la rabia de cada pisotón, y a buen seguro que lo hubiera hecho de haber podido, porque no había visto rabia igual desde que Mike Tyson abandonó el ring.

Cuando ya creía que iba a quedarme sin saber el porqué de todo este affaire, el hombre se volvió, esperó a que se alejara la mujer y, entre divertido y risueño, vocalizó, más en un suspiro que en un susurro:

—Ella decía que es rojo.

Poco me importó el final de la historia. Al fin y al cabo, era él el que se estaba jugando que no le dejaran dormir en su cama esa noche.

Queridos niños: respondiendo al título del post, y por si alguien todavía lo dudaba, la respuesta correcta a cuándo se le puede llevar la contraria a las mujeres, es cuando ellas no lo sepan.

domingo, 18 de octubre de 2009

F1: GP Brasil 2009

¿A alguien más se le hace raro hablar del Gran Premio de Brasil sin que haya terminado la temporada? ¿Y si además falta una carrera que según todos los indicios va a ser un coñazo y está todo decidido?

Jenson Button se ha adjudicado este fin de semana un mundial marcado por carreras muy buenas, carreras muy malas, y una lucha por el mundial aburrida, marcada por el descarte de los aspirantes al título por desgaste.

El sábado amanecía más negro que el culo de un grillo. Nubes de lluvia que hacían que algún piloto quejica mandara a Charlie Whiting ponerse gafas, pero que no pensaba en ponerse huevos.

¿Acaso es novedad que llueva en el circuito de Sao Paulo? ¿Y qué pasó en el GP de Brasil del 2003 cuando la riada se llevó por delante a tantos pilotos en la bajada de la S de Senna que aquello parecía un cementerio de coches? ¡Oh, la lluvia! Tanto tiempo bailando alrededor de fogatas para que la lluvia nos anime las carreras, y cuando llueve nos cagamos encima.

Y, ojo, no estoy diciendo que haya que asumir riesgos absurdos en pro del espectáculo, sino que el riesgo en una carrera de F1 el riesgo existe constantemente: una rotura, un fallo mecánico, un toque con un rival... ¿Por qué eliminar el factor de la lluvia? ¿Es que los mejores 20 pilotos del mundo no son capaces de ajustar su pilotaje a la lluvia? Como decía J.Arce, la F1 no empezó el 2004, y antes no había aerodinámica que pegara el coche al suelo. Antes eran ruedacas, motores de 1000 caballos que aguantaban 310 kilómetros y pilotos que salían a batir a sus rivales, no a quejarse porque se les moja el culo.

La primera tanda de la clasificación comenzaba acompañada por la lluvia. Ningún problema hasta que Fisichella trompeaba y quedaba cruzado en la S de Senna.

Con más previsión de lluvia, al volver a ponerse en verde el semáforo que abría la pista los pilotos salían a marcar el mejor tiempo posible para evitar hundirse en el diluvio. Rosberg, Raikkonen, Kubica y Nakajima marcaban el ritmo en esta Q1 en la que la lluvia se llevaba por delante, además de a Fisichella, a Heidfeld, Hamilton, Kovalainen y Vettel.

McLaren y Red Bull se la jugaban apostando por reglajes de seco con vista al domingo, pero con la eliminación en la Q1 Vettel decía en la práctica adiós a cualquier posibilidad de ganar el mundial del 2009.

Comenzó con retraso la Q2, en la que, sin tiempo para que nadie completara siguiera una vuelta completa, Liuzzi sufría aquaplanning al final de la recta principal, yéndose contra el muro de boxes y acabando empotrando su Force India contra las protecciones exteriores. La excusa perfecta para sacar bandera roja y suspender la sesión por tiempo indefinido. No fue hasta más de dos horas después de que comenzaba la clasificación que se pudieron completar los 12 minutos que restaban de la Q2.

La lluvia daba tregua, pero la pista no se secaba a la suficiente velocidad como para que pilotos y equipos se decidieran de manera clara a montar neumáticos intermedios. Junto a Liuzzi quedaron fuera de la Q3 Button, Grosjean, Alguersuari y Kobayashi, el sustituto en Toyota del lesionado Glock.

Con Button fuera de la Q3 Barrichello aún podía soñar con el título mundial, pero además de esperar la debacle en carrera de Button tenía que luchar por la pole si quería mantener aspiraciones hasta Abu Dabi. Y vaya si luchó. Barrichello marcó la pole, seguido por Webber, Sutil y Trulli. El final de la Q3 mereció la espera de 2 horas y tres cuartos de clasificación. Con previsión de lluvia para el domingo, Rubinho todavía podía soñar, y eso pese a que iba notablemente más descargado que los que le seguían. El primer paso hacia la que hubiera sido la primera victoria de Barrichello en Brasil estaba dado, pero los siguientes iban a ser aún más complicados.

El domingo amanecía con la pista enjuta, el cielo despejado y los nervios a flor de piel.

En la salida de la carrera, Raikkonen con su KERS se ponía por delante de Trulli y al llegar a la primera curva la inercia le servía para pasar también a Sutil. Por detrás Vettel tocaba a Kovalainen, que se quedaba cruzado donde lo hiciera Fisichella el día anterior, y, con lo que estaba por llegar, provocaba el cambio de estrategia en los McLaren que acabaría metiendo a Hamilton en el cajón: llenado hasta arriba de gasolina y cambio de estrategia a una parada (más).

Mientras tanto Webber cerraba puertas, ventanas y contraventanas a Kimi en plena recta, lo que terminaba con el finlandés con el alerón delantero colgando. Peor ha sido lo de Sutil: Trulli intentaba adelantarle por el exterior de la curva 4 y, sin levantar, cuando se ha terminado el piano y ha empezado el barro, se ha tocado con el Force India, yéndose cada uno contra un muro exterior distinto. En la refriega Sutil, totalmente descontrolado, se llevó por delante a Alonso, que sin comerlo ni beberlo quedaba fuera en la primera vuelta. Un accidente parecido al de Heidfeld y Sato en el GP de Austria del 2002: pura carambola. Trulli cruzó la pista (aunque no se vio, digo yo que tuvo que cruzarla a la fuerza, porque si no me equivoco su coche estaba al otro lado) sólo para ir a decirle unas cuantas lindezas a Sutil.

El accidente de Sutil y Trulli provocaba la salida del Safety Car. Con la fila de coches y forzados a entrar a cambiar alerones, Raikkonen, Hamilton y Kovalainen se aprovechaban de la situación y cambiaban la estrategia para parar sólo una vez más. Bien para Hamilton, pero mal para Raikkonen, que rodaba tercero antes del toque, y para Kovalainen, que en el repostaje se llevaba por delante la manguera echando gasolina sobre Kimi (que llegó a prender), y que luego se quedó atrapado en el tráfico y no pudo adelantar ni al carrito de los helados.

Cuando se relanzó la carrera vimos lo mejor del fin de semana: Button se zampó por completo a Grosjean en tres curvas y a continuación adelantó a Nakajima en la llegada a la curva 1. Hamilton estaba encendido, adelantando a Alguersuari y luego al propio Grosjean, que estaba más perdido que una vaca en un garaje.

Adelantamientos, rebufos y emoción. Mientras por delante Barrichello era seguido de cerca por Webber, Kubica, Rosberg y Buemi, detrás Kobayashi desesperaba a Button, al que le costó tanto adelantarle que llegó a pedirle al equipo "que se quejaran a Charlie [Whiting]". Barrichello daba lo mejor de sí mismo intentando alejarse de Webber antes de la primera parada, pero, como una maldición egipcia del dios Horus, cuando entró a boxes salió justo delante de Vettel, que no dudó en pasarle.

Paró entonces Kubica, que salió delante de Barrichello, y luego Webber desde un liderato que ya no abandonaría hasta el final de la carrera. Button estaba segundo sin haber parado, pero convencido ya de que su trabajo estaba hecho y que llegaba el momento de no arriesgar.

A mitad de carrera Kobayashi, el hueso de Button en el primer tercio de carrera, cerró a Nakajima en el mismo sitio que hiciera Webber con Raikkonen. Lo justo para que Nakajima perdiera el alerón delantero antes de acabar contra el muro.

Empezaba entonces el baile entre los que iban a una o a dos paradas. Y, lo mire por donde lo mire, todo iba en contra de Barrichello. Vettel paraba para salir séptimo detrás de Button, Hamilton salía noveno detrás de Liuzzi, y Kubica repostaba desde la segunda posición para salir tercero, justo detrás de Barrichello.

Lo peor llegaba cuando Barrichello paraba y salía sexto, justo delante de Hamilton, que venía empeñado en adelantar, y lo hacía en la subida a la meta. Lewis y Rubens se tocaron lo justo para dañar ligeramente el alerón del McLaren, pero para pinchar el neumático trasero izquierdo del Brawn GP: Barrichello caía a la octava posición y todas las cámaras apuntaban entonces al que iba a ser nuevo campeón del mundo, Jenson Button, recibido en la línea de meta por el Lázaro del siglo XXI: Felipe Massa.

¿Decidir el mundial por medallas? ¿Por qué no volver al sistema de puntuación del 10-6-4-3-2-1? En un mundial que ya desde su cuarta carrera se vislumbraba como el más aburrido desde aquel que Schumacher y Ferrari ganaron en el 2002 (curiosamente, también con Barrichello como uno de los protagonistas) y que aquí ni siquiera pudimos ver, Button ha llevado un poco más allá la estrategia del "amarra puntos y no arriesgues". La misma estrategia que usó Alonso para ganar su segundo mundial en el 2006, pero esta vez a Lobato le ha parecido muy mal. Cierto es que Button no ha tenido prácticamente más rival que su propio compañero de equipo desde la mitad de temporada, pero los mundiales se ganan por la suma de los puntos de todas las carreras, y no por los podios de las últimas ocho.

En el lado curioso, hoy los comisarios, en una actitud bastante cobarde, ha rehusado investigar cualquier incidente de carrera. No han investigado las maniobras de Webber a Raikkonen, Sutil a Trulli, o Kobayashi a Nakajima, pero mucho peor ha sido dejar sin drive-through a Kovalainen, porque uno puede pensar que cerrarle el hueco a un coche que viene detrás es un lance de carrera, pero llevarse la manguera echando gasolina todo el pit-lane y que nadie lo vea es de juzgado de guardia.

En fin, con el mundial ya decidido y a falta de un trámite que se antoja aburrido, es obligatorio dar las gracias a la Secta, y especialmente a Lobato, por no perder la desvergüenza; por darnos la F1 como nunca antes la habíamos visto (es decir, con anuncios durante un tercio del tiempo de carrera); por seguir menospreciando a todo el mundo; por insistir en que nadie se ha merecido ganar el mundial en los últimos 3 años; por seguir ensuciando este deporte con tus comentarios despectivos contra todo lo que no sea Alonso; por no tener ni idea de cómo funciona este deporte ni ganas de aprender, pese a tener sentado al lado a Pedro de la Rosa, un tío que te podría enseñar hasta a sacudírtela después de mear; por seguir empeñados en querer ver lo contrario de lo que muestra la realización.

Mi enhorabuena a Jenson Button, justo ganador de este mundial, y especialmente a J.Arce, que con este resultado se va a librar por segundo año de ser azotado en plaza pública.

La clasificación final de la carrera:

Posición
Piloto
Equipo
Vueltas
Tiempo
Parrilla
Puntos
1
14
Mark Webber RBR-Renault
71
Winner
2
10
2
5
Robert Kubica BMW Sauber
71
+7.6 secs
8
8
3
1
Lewis Hamilton McLaren-Mercedes
71
+18.9 secs
17
6
4
15
Sebastian Vettel RBR-Renault
71
+19.6 secs
15
5
5
22
Jenson Button Brawn-Mercedes
71
+29.0 secs
14
4
6
4
Kimi Räikkönen Ferrari
71
+33.3 secs
5
3
7
12
Sebastien Buemi STR-Ferrari
71
+35.9 secs
6
2
8
23
Rubens Barrichello Brawn-Mercedes
71
+45.4 secs
1
1
9
2
Heikki Kovalainen McLaren-Mercedes
71
+48.4 secs
16

10
10
Kamui Kobayashi Toyota
71
+63.3 secs
11

11
3
Giancarlo Fisichella Ferrari
71
+70.6 secs
19

12
21
Vitantonio Liuzzi Force India-Mercedes
71
+71.3 secs
20

13
8
Romain Grosjean Renault
70
+1 Lap
13

14
11
Jaime Alguersuari STR-Ferrari
70
+1 Lap
12

Ret
17
Kazuki Nakajima Williams-Toyota
30
Accident
9

Ret
16
Nico Rosberg Williams-Toyota
27
+44 Laps
7

Ret
6
Nick Heidfeld BMW Sauber
21
+50 Laps
18

Ret
20
Adrian Sutil Force India-Mercedes
0
Accident
3

Ret
9
Jarno Trulli Toyota
0
Accident
4

Ret
7
Fernando Alonso Renault
0
Accident
10

miércoles, 14 de octubre de 2009

Del extraño caso de la hora perdida


Cuenta la leyenda que cuando don Quijote salió de la venta iba "tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo". No llegaba yo a tanto cuando me puse en disposición de mirar en la página oficial de la Formula 1 los horarios del próximo GP de Brasil y me encontré con una alteración del continuo espacio-tiempo: mientras que en el horario europeo la clasificación del sábado habrá de ser, Dios mediante, a las 7 de la tarde y la carrera del domingo a las 6, resulta que en Sao Paulo tanto una como otra aparecían a las 2 de la tarde.

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía, y con ella en mi muerte conjuradas. ¿Sería acaso que mis desvaríos me habían llevado ya a alterar lo que mis ojos veían? Miraba y remiraba, leía y releía y, del mucho leer y del poco dormir, he venido a concluir lo evidente: que un sabio encantador, grande enemigo mío, que me tiene mucha ojeriza, había truncado las horas con ánimo cruel y perverso, para aumentarme la locura y llevarme por los caminos de la desesperación.

Sin desfallecer en lo más mínimo, seguía yo en mi obstinación: Y venga a hacer click-clack, click-clack... ¿Pero guat de fac? La cosa seguía invariable.

Mucho era el pesar que tenía por perder una hora de manera tan procaz como inútil, así que le pregunté al oráculo que todo lo sabe, al conocedor de conocedores, a la piedra filosofal del siglo XXI, qué sabía al respecto.

Y vaya si me ha sabido responder:

A partir del 2008 el gobierno de Brasil decretó (a través del decreto N° 6558 del 09/09/2008) la fecha fija para el comienzo y el final del horario de verano, que comenzará siempre el tercer domingo del mes de octubre a las 00:00 horas, y terminará en el tercer domingo del mes de febrero del año siguiente a las 00:00 horas. Esta orden fue creada con una excepción: si el tercer domingo del mes de febrero se produjere cerca de la fiesta de carnaval, el horario de verano se aplazará hasta el domingo siguiente.
¡Acabáramos! Otro entuerto resuelto. Ese fiero Frestón, o Fristón, o como quiera que se llame, ha vuelto a ser derrotado por las huestes justas y poderosas del saber y del conocimiento.

Queridos niños: Pues nada, ya sabemos todos que a las 18 horas del domingo, horario peninsular, podremos ver el GP de Brasil. A nuestro amigo Marcelo y a todos los amigos brasileños en general no les digo nada, pero les mando un saludo. Ea.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La ciencia en España no necesita tijeras


Puedes informarte del porqué de este post en La Aldea Irreductible.

domingo, 4 de octubre de 2009

F1: GP Japón 2009

Aún sin haber visitado Suzuka desde el 2006, el Gran Circo sabe rendir tributo a uno de esos circuitos a los que todavía les queda el carácter de antaño, y a los que Tilke no les ha metido mano (pero le meterá, como un mafioso ruso a una chati en apuros en una película de tiros americana).

El trazado de Suzuka pertenece a los circuitos "de vieja escuela", obra de John Hugenholtz, el mismo diseñador que el Jarama y Zolder, es todo lo opuesto a los últimos tilkódromos que se nos han añadido al mundial (y eso que todavía nos queda por ver con qué nos deleitan en Abu Dabi).

Como ya nos contó el doctor Marcelo en su F1 a lo camba en un post delicioso que pasa de lo técnico a lo poético, la sucesión de curvas rápidas en Suzuka, la mayoría con salidas ciegas, en subida, y en las que un fallo mínimo en la trazada te arruina la vuelta, es pura evidencia de la simbología que tanto abunda en el país nipón.

A los que nunca podremos subirnos a un Formula 1 en la vida real, nos queda el consuelo de poder hacerlo en los videojuegos. Y, como decía Hamilton este fin de semana, si de videojuego se trata, no hay otro como Suzuka.

Pero ¡ay!, todos los que esperábamos la carrera del domingo como aquellas mocitas que esperan que San Antonio les busque un novio, nos tuvimos que contentar con la clasificación del sábado.

Hasta cuatro banderas rojas se vieron durante la clasificación, aunque esta vez ninguna en la Q3.

Buemi habría abría la veda en la Q1 saliéndose en Degner, aunque pudo volver a boxes y aún y todo marcar un tiempo que le permitió pasar a la Q2 (aunque luego estaría invitado a la fiesta de las sanciones), de la que quedaron fuera Liuzzi, Grosjean, Fisichella, Nakajima y Webber, que ni siquiera podía disputar la sesión mientras sus mecánicos le cambiaban el chasis (otro con sanción).

Alguersuari era el siguiente en probar el muro, en el mismo sitio que Buemi, pero de frente, y con más ganas. Bandera roja de nuevo que volvía a aparecer con la aparatosa salida de Glock en la rápida salida de la chicane. Desgraciadamente Glock se lastimó la pierna y no pudo correr el domingo, pero nos dejó en bandeja otra de esas perlas a las que nos tiene acostumbrados Lobato, cuando dijo que "Hay veces en que es mejor tener el muro más cerca [de la pista] en vez de a 10 metros". Claro, claro. Creo que cada vez cobra más fuerza la propuesta de los francotiradores apostados al azar por los circuitos. Por dar emoción, ya saben.

El caso es que a punto de acabar la Q2 Buemi, en un caso digno de estudio de Iker Jiménez, chocó contra el muro derecho de la recta que sigue a Spoon, perdió el alerón y siguió tan ricamente, saludando al gentío camino de su box. Banderas amarillas, un alerón delantero en medio de la pista, y los Brawn mejorando tiempos y dejando fuera de la Q3 a Rosberg, Alonso, y los ya mentados Alguersuari y Glock.

Ya en la Q3 Vettel y Hamilton confirmaban lo visto en las dos tandas anteriores y se repartían las dos primeras posiciones, acompañados por Trulli con un tercer tiempo que pensé que era descargado por aquello de rodar Toyota en casa, pero que a la vista de los pesos demostró (y confirmó el domingo) que era bien merecido. Cuarto fue Sutil, seguido de Barrichello, Heidfeld, Button, Raikkonen, Kovalainen y Buemi cerrando los diez más rápidos.

Pero como en Suzuka se olían la tostada y los comisarios pensaron que la carrera del domingo no iba a ser lo suficientemente interesante, el sábado por la tarde llegó el turno del tito Charlie Whiting y su maravillosa máquina de sacar sanciones. Sacaba la chistera llena de nombres, la agitaba con fuerza y empezaba a nombrar a los premiados: Sutil, Barrichello y Button, 5 posiciones por no respetar banderas amarillas y mejorar sus tiempos. Alonso, 5 posiciones por adelantar con bandera amarilla. Buemi, 5 posiciones por poner en peligro a los otros participantes. Kovalainen y Liuzzi, 5 posiciones por cambiar la caja de cambios. Y Webber y Glock, al pit lane castigados por cambiar el chasis. ¡Regalos para todos, oiga! ¡Vamos que lo llevo calentito, señora!

Así que la sacudida de posiciones tras las sanciones del sábado nos dejaba una parrilla de salida para el domingo con una pinta bastante distinta de lo previsto: Vettel, Trulli y Hamilton ahora estaban seguidos de Heidfeld, Raikkonen, Barrichello y Rosberg. Ningún problema para Sebastian, que iba bastante más largo que sus posibles rivales y que llevaba todas las de ganar.

Vettel salió rápido, limpio y dispuesto a comerse el KERS de Hamilton. Tanto fue así que a la llegada a la primera curva giró la cabeza, vio a Lewis, enarcó una ceja y pensó para sí: "hoy no, mozalbete". Vettel mantuvo su posición primera posición en la salida, y así fue hasta la meta, en una carrera que empezaba y terminaba con la pista despejada para el alemán.

Ya en las primeras vueltas el alemán se marchaba imparable mientas su compañero Webber, que salía de boxes, se empeñaba en volver una y otra vez a saludar a sus mecánicos y a agradecerles personalmente los desvelos por prepararle el coche tan bien. De hecho hasta pudo decirle a uno que, si no era mucha molestia, que le acomodara bien el soporte de la cabeza. Otro gran momento que pasará a la historia de la comunicación en España, cuando nuestro amigo Lobato le preguntaba a Pedro de la Rosa: "Pedro, ¿el soporte de la cabeza va con velcro?" Claro majo, y los alerones con cinta de carrocero.

Poco movimiento se veía entre la cabeza, así que mi amigo Liuzzi (¡qué bien me caes!) hacía el trenecito detrás de Kovalainen, seguido de Button. Tantos y tan grandes fueron los esfuerzos de Liuzzi por adelantar a Kovalainen que al final Button pudo pasar a los dos después de que Kovalainen le tocara la trasera al italiano en medio de la chicane. Imprescindible la foto (y el análisis, como siempre) que publica nuestro amigo David en el El Anaconda con los dos pilotos cara a cara.

Poco más se vio en la pista, porque tras la primera parada de los pilotos de cabeza entraban en juego las estrategias del muro. Trulli conseguía arrebatarle la posición a Hamilton en la segunda parada mientras Raikkonen se colaba por delante de Rosberg y Heidfeld. Es más, viendo la carrera en una tele de 14 pulgadas con una señal bastante mala y sin monitor de tiempos, me extraña no haberme quedado dormido a mitad de carrera.

En fin, resumiendo el fin de semana, está claro que Vettel sigue empeñado en repetir los finales de infarto de los mundiales del 2007 y 2008, pero mucho me temo que este año no hay un novato defendiéndose de una puzolana, ni un segundo clasificado dispuesto (y capacitado) para disputarle la última carrera del año a su compañero de equipo.

Toyota ha cosechado otro merecido segundo puesto, esta vez con Trulli, lo que explica todavía menos que aún no haya confirmado a sus pilotos para el año próximo.

Con un único punto perdido contra Barrichello y a falta de seis para confirmarse definitivamente como nuevo campeón del mundo, Button es prácticamente la única apuesta lógica de cara a la gala de entrega de trofeos de la FIA.

Aprovecho para felicitar a mi muy querida prima Elena y a su ya marido Sergio, que se ha llevado al tálamo a lo mejorcito de la familia.

La clasificación final:

Posición
Piloto
Equipo
Vueltas
Tiempo
Parrilla
Puntos
1
15
Sebastian Vettel RBR-Renault
53
1:28:20.443
1
10
2
9
Jarno Trulli Toyota
53
+4.8 secs
2
8
3
1
Lewis Hamilton McLaren-Mercedes
53
+6.4 secs
3
6
4
4
Kimi Räikkönen Ferrari
53
+7.9 secs
5
5
5
16
Nico Rosberg Williams-Toyota
53
+8.7 secs
7
4
6
6
Nick Heidfeld BMW Sauber
53
+9.5 secs
4
3
7
23
Rubens Barrichello Brawn-Mercedes
53
+10.6 secs
6
2
8
22
Jenson Button Brawn-Mercedes
53
+11.4 secs
10
1
9
5
Robert Kubica BMW Sauber
53
+11.7 secs
9

10
7
Fernando Alonso Renault
53
+13.0 secs
16

11
2
Heikki Kovalainen McLaren-Mercedes
53
+13.7 secs
11

12
3
Giancarlo Fisichella Ferrari
53
+14.5 secs
14

13
20
Adrian Sutil Force India-Mercedes
53
+14.9 secs
8

14
21
Vitantonio Liuzzi Force India-Mercedes
53
+15.7 secs
18

15
17
Kazuki Nakajima Williams-Toyota
53
+17.9 secs
15

16
8
Romain Grosjean Renault
52
+1 Lap
17

17
14
Mark Webber RBR-Renault
51
+2 Laps
19

Ret
11
Jaime Alguersuari STR-Ferrari
43
Accident
12

Ret
12
Sebastien Buemi STR-Ferrari
11
Clutch
13