martes, 31 de marzo de 2009

Del mayor espectáculo del mundo, los AC/DC, y 21 salvas de cañones

Brian Johnson AC/DC
No puede ser que la banda de ROCK más grande que ha pisado este peñasco que da vueltas alrededor de una bola incandescente de hidrógeno venga a mi ciudad y yo me quede en casa rumiando la ignominia de no haber conseguido entradas.

¿Qué hubiera pasado si le hubieran dicho a Newton "lo siento tío, no tienes entradas para la Royal Society"? ¿Qué hubiera pasado si le hubieran dicho a Neil Armstrong "lo siento tío, no tienes entradas para el Apolo XI"? ¿Qué hubiera pasado si le hubieran dicho a Marty McFly "lo siento tío, no tienes entradas para el De Lorean"?

¿La respuesta? Nada. Nada comparado con lo que hubiera pasado si al aparecer los AC/DC en el escenario del Pabellón de los Deportes de la Comunidad de Madrid no estoy yo debajo para gritar, saltar, cantar coros y exhalar hasta la última partícula de energía que quede en mi maltrecho cuerpo.

No conozco a nadie que los haya visto en directo y no quiera volver a verlos. No conozco a nadie que no los haya visto, no quiera verlos, y esté en su sano juicio.

Los AC/DC no son una banda de Rock a secas. Son unos tíos que harían a un sordo de nacimiento saltar con los puños en alto poniendo cuernos sólo con sacar sus guitarras del estuche.

Desde que se apagan las luces hasta que termina el último de los 21 cañonazos que acompañan al For Those About To Rock que cierra todos los conciertos, no hay ningún espectáculo más enérgicamente brutal, más sonoramente doloroso y más genialmente divertido que un concierto con Malcolm Young, Angus Young, Brian Johnson, Phil Rudd y Cliff Williams.

Sí, ya sé que dije que no había conseguido entradas, pero me voy a ver a los AC/DC. Me lo merezco. Se lo merecen. El mundo seguiría girando aunque yo no fuera a verlos, pero, sinceramente, a mí no me apetecería seguir girando con él.

Hoy, 31 de marzo del 2009, día en que los AC/DC celebrarán el 54º cumpleaños de Angus Young dando un concierto en Barcelona, puedo decir que el 2 de abril me voy a ver a los AC/DC al Palacio de los Deportes.

Y, después, que sea lo que Dios quiera.

domingo, 29 de marzo de 2009

F1: GP Australia 2009

GP Australia 2009Por fin empezó el mundial. Llevábamos mucho tiempo esperando, pero le espera, como casi siempre, ha merecido la pena. La carrera de esta mañana de marzo ha cumplido con lo que cualquier aficionado deseaba, pero superando con creces cualquier previsión mediática.

Antes de comenzar he de decir que los que queráis un buen resumen de la carrera, como siempre, no debéis perderos ni el Análisis de Albert Park de el Anaconda, ni la crónica de J.Arce. Aquí sólo hay subjetividad, diatribas y algún que otro chascarrillo inútil.

En Australia todavía tira más la afición que los colores y, al menos hasta que empieza la carrera, cualquier coche en pista es un coche a aplaudir. Así lo hacíamos en los libres, liderados con mano firme por Rosberg, seguido por los dos Brawn.

Ferrari mechanicsEn la clasificación del sábado la sensación al ver a los Brawn GP los primeros de la tabla no era tan sangrante. Sí, seguían liderando, acompañados o intercalados con los Williams (no con Nakajima, que cayó en la Q2), pero las diferencias ya no eran de un segundo.

Los 2 héroes del sábado fueron Vettel y Kubica. Vettel, con un coche no tan competitivo como pudiera parecer a la vista del desempeño en carrera, y Kubica sin KERS, se colocaron tercero y cuarto para la salida del domingo.

El domingo, 4 pilotos a reseñar: Vettel, Kubica, Hamilton y, por supuesto, Button.

A carrera terminada, y sin más análisis, sólo se me ocurre una cosa: ¿Quién necesitaba tanto cambio de normativa si lo único que hacía falta es poner a Hamilton el último y esperar a que dé espectáculo? Y con un coche que se clasificó para la Q2 de milagro, además. Podrá haber más o menos cariño por el personaje y la persona, pero como piloto sigue siendo el más agresivo, y posiblemente el mejor, que tenemos en la parrilla.

Por la parte que me toca, he de decir lo que se está convirtiendo en costumbre cada inicio de temporada: fiasco total de Ferrari. Otra carrera en las antípodas que termina con sendos abandonos. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que algún illuminatti salga diciendo que Ferrari necesita a Alonso? No pongan en marcha sus cronómetros, porque seguro que ya lo ha dicho alguien.

Richard BransonPara la teoría de la conspiración inglesa, un par de apuntes: ¿Por qué sancionaron a Toyota después de la clasificación, si hicieron la primera verificación el jueves? ¿No beneficiaba eso a Brawn GP? ¿Por qué tardó dos vueltas en salir el Safety Car después del accidente de Nakajima y luego salió justo después del repostaje de Button? ¿Por qué no decir que Button ha hecho la carrera perfecta, y sin embargo hacer hincapié en que su coche era el mejor? ¿Cuántas veces no ha ganado el que tenía mejor coche y lo hemos dicho? ¿Envidia o caridad? ¿Tener el mejor coche y llevarlo el primero de principio a fin cuando has estado dos años con un coche que sólo luchaba con los Force India y al que le sacaban los colores los Super Aguri no es meritorio? Preguntas, preguntas...

No podíamos pasar por alto la retransmisión de la Sexta. ¿De verdad alguien pensaba que los de la Sexta no nos iban a deleitar con una F1 como nunca la habíamos visto? Dicho y hecho. Puede que contrataran a Bobato para mantener esa continuidad que tanto les gusta a los seguidores de Alonso, pero las innovaciones han sido muchas y muy provechosas.

Entre las novedades están el traductor simultáneo, capaz de improvisar a la velocidad del rayo, la sección de chistes, y un nuevo uso para "la ventanita". Pero vayamos por partes.

No tengo ninguna duda de que el traductor es un personaje robótico. Un tío que traduce lo que le da la gana sin importar lo que estén diciendo y, lo más importante, sin importar el idioma en el que lo estén diciendo no es humano. Un humano tendría vergüenza. No dudo de que el menda sepa inglés, pero no tiene ni idea de italiano, cosa que no es obstáculo para que se arranque a traducir: "hemos luchado mucho, no hay rival pequeño, las nubes huelen a galleta de vainilla...". Un crack el tío.

La "ventanita" ha encontrado en la Sexta una nueva utilidad. Olvídense de ver en pequeño las evoluciones de la carrera mientras en grande están los anuncios: En grande, anuncios. En pequeño, anuncios. ¡Fantabuloso! ¡Podemos ver anuncios por partida doble!

Robert KubicaPero lo mejor estaba por llegar: la sección de chistes. El equipo de guionistas de esos programas tan divertidos como son el del Wyoming, el de Buenafuente o el del chaval ese que no sé cómo se llama, pero que coló a una señora en todos los noticiarios diciendo que había metido un décimo del gordo en la lavadora, unidos para surtir de chistes a Bobato, a Seara y a la caterva de "reporteros" que con tanto gusto nos han deleitado.

¿Quieren casos concretos? Pónganse en situación: Clasificación del sábado, Q2, y aparece una imagen del box de McLaren, donde se ve el coche de Hamilton, pero sin Hamilton.

— Botijo: Ahí está Pedro [de la Rosa].
— Bobato: Está Pedro, pero no está Hamilton [en el coche].
— Botijo: ¡Que aproveche!
Guarden sus aplausos, que no es lo mejor del fin de semana. Víctor Seara ha cogido el testigo que le ha dejado —forzosamente— el GordoSandioFilfa, pero la batuta la sigue llevando el ínclito Bobato.

Nos situamos ahora a final de carrera. Pedro de la Rosa comenta la salida de Hamilton después de su última parada en boxes justo por delante de Massa, que intenta sin éxito adelantarle.
— Pedro de la Rosa: Carrerón de Hamilton, con un coche poco competitivo y saliendo el último. Ya sé que no os gusta que lo diga, pero es así.
— Bobato: [Con tono seco] Puedes decir lo que quieras.
¡Hombre, pues sólo faltaba que no pudiera decir lo que quisiera! Para Bobato todo lo que hace Hamilton es malo. Malo si presiona, porque destroza los neumáticos; malo si apura la entrada en boxes, porque ya se enganchó en la puzolana; malo si va rápido cuando todos los demás van lentos, porque va en contra de sí mismo, de la competición, y de Santa Teresita del niño Jesús.

Y la mejor, para el final. Se retira el Safety Car, y los dos Force India están uno detrás de otro.
— Bobato: Ahí van los dos Force India juntos. Es una fila india.
¿Lo coges cuñao? ¡Una fila india! ¡Cuñao! ¡Los Force India forman una fila india!

A mi señal, ira y fuego.

La clasificación final:

Posición
Piloto
Equipo
Vueltas
Tiempo
Parrilla
1
22
Jenson Button Brawn-Mercedes
58
1:34:15.784
1
2
23
Rubens Barrichello Brawn-Mercedes
58
+0.8 secs
2
3
1
Lewis Hamilton McLaren-Mercedes
58
+2.9 secs
18
4
10
Timo Glock Toyota
58
+4.4 secs
19
5
7
Fernando Alonso Renault
58
+4.8 secs
10
6
16
Nico Rosberg Williams-Toyota
58
+5.7 secs
5
7
12
Sebastien Buemi STR-Ferrari
58
+6.0 secs
13
8
11
Sebastien Bourdais STR-Ferrari
58
+6.2 secs
17
9
20
Adrian Sutil Force India-Mercedes
58
+6.3 secs
16
10
6
Nick Heidfeld BMW Sauber
58
+7.0 secs
9
11
21
Giancarlo Fisichella Force India-Mercedes
58
+7.3 secs
15
12
9
Jarno Trulli Toyota
58
+26.6 secs
20
13
14
Mark Webber RBR-Renault
57
+1 Lap
8
14
15
Sebastian Vettel RBR-Renault
56
Accident
3
15
5
Robert Kubica BMW Sauber
55
Accident
4
16
4
Kimi Räikkönen Ferrari
55
Differential
7
Ret
3
Felipe Massa Ferrari
45
Suspension
6
Ret
8
Nelsinho Piquet Renault
24
Spin
14
Ret
17
Kazuki Nakajima Williams-Toyota
17
Accident
11
Ret
2
Heikki Kovalainen McLaren-Mercedes
0
Accident damage
12

domingo, 22 de marzo de 2009

Ya huele a F1

Ya huele a F1

Me gustaba que la F1 comenzara de madrugada. Uno nunca sabía si quedarse sin dormir o levantarse a las 5 de la mañana. Por supuesto, siempre era mejor levantarse, pero tras meses de espera no había quien aguantara los nervios y lo normal era apiporrarse de coca-cola cuando comenzaban los entrenamientos, por si te entraba el sueño en el peor momento. Ya saben, Just in case.

Además, hace años, te podías hacer el interesante con los colegas:

     — Me voy, que esta noche empieza la F1.
     — ¡Pero si son las 7 de la tarde!
     — Mañana tengo que madrugar.
     — ¿Ahí no es donde corren esos coches tan feos?
     — Sí.
     — Pero si nunca se adelanta nadie.
     — Sí.
     — Pero si eso es un coñazo.
     — Sí.
     — Pero si siempre gana el mismo.
     — Sí.
     — Pero si Schumacher es un tramposo.
     — Es posible.
     — ¿Por qué ves esas gilipolleces?
     — Pues porque me gusta. Adiós.

Por supuesto, hubo un tiempo en que la F1 no empezaba en Australia (más bien acababa en Australia), pero he de reconocer que por aquel entonces los únicos F1 con los que perdía el culo se movían por una pista de Scalextric... en casa de mi vecino.

Pero a mí también me llegó ese momento en la vida en que las gónadas empiezan a hacer de las suyas y el cuerpo te pide marcha. ¿Alguien ha hablado de mujeres? No, yo de eso no. A mí lo que me ponen son los coches con alerones, ruedas gordas, motores con muchos cilindros y mucho, mucho ruido. Cuando ves un F1 te puede gustar o no. Cuando oyes un F1 sabes que no va a haber nada en la vida que vuelva a hacerte sufrir —y gozar— como ese relámpago que se pierde en la lejanía.

La Formula 1 es el entretenimiento más grande jamás creado por el ser humano: aúna pericia, ingeniería, obstinación, valentía, y un toque de camaradería que, si bien es cierto que últimamente no está tan en boga, aún sigue flotando en el ambiente. Desgraciadamente, y digo de momento, se ha perdido el matiz sectario que tenía la F1 en España. Se oía hablar de F1 y en seguida surgían miradas cómplices, medias sonrisas y un tono de voz más bajo, conspirador, casi prohibido.

Con los cambios de normativa aerodinámica, el KERS, la vuelta de los slicks y el choteo de los puntos, este promete ser un año apasionante. Puede que a día de hoy, y tras los entrenamientos del último mes, el neonato Brawn GP lleve ventaja, pero, como decía el Anaconda, "nadie se cae hacia arriba". Esto nos deja dos posibilidades: o Jenson Button se va a llevar el mundial de calle (me alegro de no tener que oír al GordoSandioFilfa), o el contubernio que no cesa de los ingleses (McLaren-Hamilton, Brawn-Button, Ecclestone y Mosley) este año ha sido llevado a límites extremos. Y debo decir que a mí me sigue cayendo bien Barrichello.

Hablando con un amigo acerca de la normativa para definir quién iba a ganar el mundial, me sugirió algo entre lo jocoso y lo cruel que cada vez que alguien le haga una entrevista a un piloto el piloto debería comenzar con un "Buenos días, el sistema de puntuación es una puta mierda. Dígame qué quiere saber".

Estamos a una semana del arranque del mundial 2009. Siendo honesto, y por causas que no vienen al caso, no sé si estoy nervioso porque empieza la F1 o no, pero lo que es seguro es que yo también tengo mono de Gran Premio.

Queridos niños: Hay quien espera la llegada de la primavera para que las calles bullan de gente, los campos vuelvan a la vida y el olor a azahar lo inunde todo. Pobres locos que no saben que la primavera huele a goma quemada, a grasa de motor, a guantes sudados y a golfas por el paddock.

Ya es primavera. Ya huele a F1.



[Actualizado[]
Por petición de Luis Ramón, ponemos una frase jocosa al pasar el cursor por encima de la foto.

domingo, 15 de marzo de 2009

De Irma la Dulce, amores ilegales y odios legítimos

Irma la Dulce


“En el mundo en el que vivimos el amor es ilegal, pero no el odio. Puedes odiar en cualquier lugar, en cualquier momento, y a cualquier persona. Pero si quieres un poco de calor, un poco de ternura, un hombro sobre el que llorar, una sonrisa que abrazar, tienes que esconderte en rincones oscuros, como un criminal.”

Irma la Douce (Billy Wilder, 1963)


Al hilo del post de la semana pasada, me he aplicado la oración por pasiva y este fin de semana me he puesto Irma la Dulce (o Irma la Douce según su nombre original, que suena mucho mejor). Para describir lo deliciosa que es, siempre digo que es una película que cuenta la historia de una prostituta y que pese a ello le gusta a mi madre (no desvelo el final, pero se supone). La semana que viene, El Apartamento.

domingo, 8 de marzo de 2009

De Billy Wilder, el toque Lubitsch y la gente que va al cine sin pasar antes por el baño

Billy Wilder, Jack Lemmon

Le voy a contar mi mejor anécdota, que está relacionada con los preestrenos. Íbamos a exhibir Ninotchka, y Lubitsch nos llevó también a los guionistas, era en Long Beach. En el vestíbulo había una pila de tarjetas, en las que se invitaba al público a escribir sus opiniones. Total, empieza la película, y la sesión transcurre bien. Luego, Lubitsch coge las tarjetas, un montón, y no deja que las toque nadie más. Nos metemos en la gran limusina de MGM. Encendemos la luz. Mira las tarjetas y empieza a leer "Muy buena"... "Brillante"... Veinte tarjetas. Pero, cuando llega a la número veintiuno, empieza a reír como no le había visto nunca, y le preguntamos: "¿Qué ocurre?". Retiene las tarjetas; no dejas que las vea nadie más. Por fin, se tranquiliza un poco y empieza a leer. Y lo que decía —aún tengo la tarjeta— era: "La película más divertida que he visto nunca. Me he reído tanto que me hice pis en la mano de mi novia".

Cameron Crowe, Conversaciones con Billy Wilder


Hace poco comenté que gustaba de usar como marcadores de libro los recibos del cajero, y que, cuando encontraba algo que me llamaba la atención, cortaba una tira del recibo para marcar la página donde estaba. Precisamente en estos días me he encontrado por la estantería las Conversaciones con Billy Wilder, un libro tan felizmente divertido que cuando lo leí tuve que usar dos de los recibitos del cajero, porque el primero lo gasté entero marcando pasajes.

Una lectura obligada para cualquiera que guste de la obra de Wilder, del séptimo arte en general, o de echarse unas risas con una buena lectura.

Queridos niños: mi recomendación de hoy es que os busquéis alguno de los clásicos de Wilder (Con faldas y a lo loco, El Apartamento, Irma la Dulce o En bandeja de plata serían una buena elección) y disfrutéis. Porque vais a disfrutar como enanos.

Y sí, ya sé que hoy era el día de la mujer trabajadora, pero aquí ya hablamos de ello y no era plan de repetirnos más de lo estrictamente necesario.

martes, 3 de marzo de 2009

Del principio antropológico débil y el tío ese de la silla de ruedas

Big Bang


“Un ejemplo del uso del principio antropológico débil consiste en "explicar" por qué el big bang ocurrió hace unos diez mil millones de años: se necesita aproximadamente ese tiempo para que se desarrollen seres inteligentes. Para llegar a donde estamos tuvo que formarse primero una generación de previa de estrellas. Estas estrellas convirtieron una parte del hidrógeno y del helio originales en elementos como carbono y oxígeno, a partir de los cuales estamos hechos nosotros. Las estrellas explotaron luego como supernovas, y sus despojos formaron otras estrellas y planetas, entre ellos los de nuestro sistema solar, que tiene alrededor de cinco mil millones de años. Los primeros mil o dos mil millones de años de la existencia de la Tierra fueron demasiado calientes para el desarrollo de cualquier estructura complicada. Los aproximadamente tres mil millones de años restantes han estado dedicados al lento proceso de la evolución biológica, que ha conducido desde los organismos más simples hasta seres que son capaces de medir el tiempo transcurrido desde el big bang.

Poca gente protestaría de la validez o utilidad del principio antropológico débil. Algunos, sin embargo, van mucho más allá y proponen una versión fuerte del principio. De acuerdo con esta nueva teoría, o hay muchos universos diferentes, o muchas regiones diferentes de un único universo, cada uno con su propia configuración inicial y, tal vez, con su propio conjunto de leyes de la ciencia. En la mayoría de estos universos, las condiciones no serían apropiadas para el desarrollo de organismos complicados; solamente en los pocos universos que son como el nuestro se desarrollarían seres inteligentes que se harían la siguiente pregunta: ¿por qué es el universo como lo vemos? La respuesta, entonces, es simple: si hubiese sido diferente, ¡nosotros no estaríamos aquí!”

Stephen W. Hawking, Historia del tiempo.



[Actualizado]

Para dar más énfasis a la teoría del principio antropológico débil y, sobre todo, para contentar a Horus, nuestro dios entre mortales, incluimos una foto de nuestra nueva musa, Danica Patrick, clara muestra de uno de esos "organismos complicados" a los que se refiere Hawking.