Del Dr.House, la Dra.Cuddy, y un par de amigos cabroncetes
Menuda tarde de estrés he pasado.
Todo comienza cinco meses atrás, cuando tengo que variar mis horarios. Pero no porque me persiga la mafia, sino para llegar a trabajar a las 7 y no coger demasiado atasco. Entonces tuve que sacrificar el único programa de televisión que veía: House M.D.
Sí, soy fan acérrimo de los Simpson y de Futurama, y podría recitar sketchs completos de La Hora Chanante, pero el único programa que acostumbraba a seguir en su horario habitual —más que nada por ver los nuevos capítulos— era la serie del Dr. House. ¿Cómo iba yo a perderme la serie de un tío mordaz, misógino, agrio y maniático? Sería como perderme una serie que protagonizara, salvando las distancias, yo mismo.
Pero el sueño manda, y, cuando House se quedó con el grupo de tres ayudantes para la cuarta temporada, dejé de verlo, a la espera de que saliera en DVD (o Blu-Ray, con un poco de imaginación) para verlo a mis anchas. Quiere esto decir que hace cuatro meses que, mal que me pese, no veía la serie.
Estas son las premisas, y esta que sigue es la historia de hoy.
Esta mañana intentaba hablar infructuosamente con un amigo (voy a tener que ponerle una etiqueta especial, porque, una vez más, es el de siempre), y, al devolverme la llamada, la conversación ha sido más o menos como sigue:
— Me llamas por el capítulo de House de ayer, ¿no?Y aquí daba comienzo la tensión, el desasosiego, la angustia y la zozobra. ¿Qué sería eso que me iba a poner malo? ¿Sería una golfa? ¿Sería un coche? ¿Sería el desenlace? ¿Sería algo peor?
— ¿House? No, no lo vi. Me quedé hasta que empezó y como era el último de la cuarta temporada y echaban dos seguidos lo dejé grabando. Lo veré un día de estos.
— No, no. Tienes que verlo hoy.
— ¿Por qué? ¿Qué pasa?
— Te vas a poner malo.
— Si salen vísceras paso de verlo. (Debo decir aquí que soy tan aprensivo en cuestiones médicas que cuando salen anuncios de tiritas en la tele a mí me entran ganas de vomitar).
— No, no... Tienes que verlo, pero te vas a poner malísimo. ¿Nadie te ha dicho nada?
— No me jodas, ¿quién sale?
— Yo no te digo nada.
Inmediatamente se lo comenté a un amigo:
— ¿Viste ayer House?Aumentaban la intranquilidad y la congoja, acompañadas entonces de esa curiosidad malsana de cuando te dicen que veas algo y no quieres esperar.
— No, ¿por qué?
— ¡No lo sé!
Como conozco a mi amigo y sé que no me diría que tenía que verlo hoy de no ser porque había algo que me iba a agradar, todos los indicios decían que salía una golfa. ¿Quién sería? ¿Una vieja conocida de la afición? ¿Una novedad muy fresca? ¿Quizás otra morena con un Ferrari?
Seguían pasando los minutos, que se hacían eternos. ¿Debía buscar en Internet? ¡Nunca! ¡No quiero fastidiar la sorpresa!
Y fue entonces cuando el error llegó a mi vida como una patada en la boca del estómago. Hablé con otro amigo:
— ¿Viste ayer House?Nótese que en este punto yo estaba pensando en alguna que cuadrara en mi otrora exquisito gusto para las mujeres. Y no sé por qué en vez de analizar el contenido semántico de lo que acababa de oír yo me monté mi propia película:
— Sí. ¡Se muere zorra implacable!
— ¡AAAAAAAAARG!
— ¿Se muere Cuddy? ¡Venga no me jodas!Cuando se juntan un infeliz y un cabrón todos sabemos quién lleva todas las de perder, y en este caso el desdichado era yo.
Casi una hora he pasado maldiciendo a productores, guionistas, maquilladores, decoradores, iluminadores, y a todos los miembros del mundo de la farándula en general, ya fueran del ámbito nacional o del extranjero, mientras mi amigo, si es que merece que le llame así, se reía de mí.
— ¿Pero cómo puede ser? ¿A qué cretino ignorante se le ocurriría eliminar a Cuddy, mi Cuddy, de la serie?Y uno, que es de natural desconfiado, porque así es como se debe ser, ya no sabía si le mentían antes, si le engañaban después, o si la burla venía de largo, pero el caso es que todo cuadraba.
— Pues ya ves.
— ¿Pero lo viste ayer o te lo han contado?
— Que no, que es broma, que no lo vi.
— ¿Lo viste o no?
— No, me lo he inventado para ver qué cara ponías.
Así que con gran congoja y dolor he llegado a casa y he puesto la grabación.
Casi media hora ha tenido que pasar hasta que se han definitivamente despejado todas las dudas. Una enajenación mental, una visión onírica y, ahora sí, estaba seguro de que era Cuddy, mi Cuddy, a lo que se refería mi amigo de por la mañana.
(El vídeo se puede ver con un poco más de calidad aquí: http://youtube.com/watch?v=5tL7JXdRpg4)
¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,No es posible describir qué grande gozo he sentido, qué solaz me ha invadido, qué dulce sentimiento ha consolado mi alma cuando he sido consciente del engaño. La salvación de la Dra. Cuddy era la mía propia. Ayer me hubiera dado igual si cancelaban la serie, pero hoy no. Hoy quería salvar a alguien a quien sentía cercano. El milagro siempre es posible, y nunca hay que perder la esperanza.
dulces y alegres cuando Dios quería!
¡Oh tobosescas tinajas, que me habéis traído a la memoria
la dulce prenda de mi mayor amargura!
Pero no terminaba aquí la historia. Efectivamente, era zorra implacable la que abandonaba la serie definitivamente, y aun había tiempo para una reflexión final que parecía un monólogo dedicado a mí:
— Los misántropos solitarios y drogados deberían morir en los accidentes de autobús, y los jóvenes buenos y enamorados a los que sacan de casa en plena noche deberían salvarse. [...]Queridos niños: el dolor, el sufrimiento y los malos momentos están a la vuelta de la esquina. Por suerte tenemos familia, amigos, y gente que nos quiere, con los que celebrar las alegrías, y compartir las tristezas.
— Apéate [del autobús].
— Puedo quedarme contigo.
— ¿Por qué?
— Porque aquí no hay dolor, y yo no quiero sufrir, no quiero ser infeliz, y no quiero que me desprecien.
— Bueno, no siempre obtienes lo que quieres.
Que Dios os bendiga a todos.
Yo acordandome de tí y encima me llamas cabroncete.
ResponderEliminarLa cosa es que pensé que la escena del bus haría que te saltara algun relé de los que te quedan sanos debajo del flequillo, pero también supuse que a esas horas no lo estarías viendo.
El monólogo del epílogo del capítulo (triple puntuación por esdrújulas..anda cuádruple...digo quíntuple...digo...aaaaaaagh...esto tiene que parar...) retrata a un tipo de personas a las que les preocupa tanto sufrir que no son capaces de disfrutar.
No es lo mismo que un striptease ni de lejos... pero aqui la tienes en plan hippie dandose algun frotao con su amigo Frasier Crane...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=XCKznQZ9viE
De amigo nada de nada!! (no te hagas ilusiones).
ResponderEliminarMe cito a mi mismo: "mis amigos los elijo yo, mis compañeros, mi jefe".
En ningún momento te engañé, vives enajenado y escuchas lo que quieres escuchar.
beS.o.S. en los morros
www.stindiritis.com
(a cuanto se paga la cuña de publicidad?)
Voy a empezar en breve a ver House desde el episodio 1x01, ya que no he seguido la serie de forma continuada... ya se que 'it's a long way... to the top', pero supongo que cuando llegue a ver este capítulo del que hablas en el post, el cual has destripado cual pollo en carnicería, ya se me habrá olvidado lo que acabo de leer, perraco.
ResponderEliminarUn saludo y un http://www.theloserblog.net para todos!!!!
@uno que llega: Con la escena del autobús se me saltaron los relés, los empastes, y hasta algún botón del pantalón. No es porque la muchacha sea guapa o esté buena; es porque el personaje de sutil manipuladora que pugna con House por ver quién es el más listo de los dos me mola... ¡y además siempre acaba perdiendo ella!
ResponderEliminarClaro que cuando vi el monólogo de las esdrújulas dudé si te referías a que debía ver el striptease del autobús o la reflexión final de barra de bar. Me alegra y tranquiliza a partes iguales que te refirieras a lo primero.
@Javión: A la vista de tu vídeo está claro que esta es la típica mujer-vino, que mejora con los años.
@stindiritis: Me engañaste, y lo sabes. Una mentira jocosa para ti, una mala tarde para mí. Claro que, como luego todo quedó unas risas, se perdona todo.
@Piper: ¡Yo ni siquiera sabía que zorra implacable estaba liada con Wilson! Qué fresca la cuarentona, oiga.
Podias haberme dicho que lo estabas pasando tan mal...
ResponderEliminarMe hubiera inventado algo.
Solo por las risas.
Yo pensé en llamarte o mandarte un sms... pero si lo ves esa noche no habrías conseguido llegar al curro a las 7, te habrías metido en un atascazo, habrías llegado loco al curro y habrías acabado matando gente con una grapadora.
ResponderEliminarHe salvado un número incontable de vidas y que a ti te metan en la cárcel. No me lo agradezcas, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Joder... y cambian House por Betty la fea... como se le olvide a Ventura le veo enganchado a las aventuras de la chamaca.
Pues yo tampoco lo vi en directo, sino que tuve que grabarlo y verlo ayer en lugar de la bazofia del partido España-EEUU (afortunadamente).
ResponderEliminarPero ten por seguro que si lo hubiera visto el martes te hubiera llamado mil veces y te hubiera mandado mil correos solo para darme el placer de destriparte el final y joderte la tarde...
... entre amigos, claro... ¡gilipollas!
@Malasombra: ¿No me viste descompuesto? Si me hubieras dicho que se habían cargado al Dr. Propper también lo hubiera pasado mal.
ResponderEliminar@Dragomir: Tu gesto te honra. Has salvado a muchos inocentes, y el karma te lo compensará... en otra vida.
Y has de saber que ya me trago a la Betty esa, pero a la española, que es aun peor.
@Miguelón: De haber sabido que lo tenías grabado y que lo ibas a ver en diferido te hubiera jodido la historia yo a ti, ¡gilipollas!
hola....
ResponderEliminarhacía mucho que no comentaba pero no he podido evitar hacer una entrada porque a mí las seríes de doctores me ponen del hígado....se libra el doctor por su condición de malo...pero con risto casi hago tope en mi dosis semanal de ser malo.
En fín....paso de series donde para terminar el día me hablan de hígados cancerígenos, accidentes mega grandes..o dan carnaza por carnaza...
me quedo con la serie de "Señora".
Un saludo.
P.D: y a mí, no me conteste en un mensaje de esos de grupo...o me pongo en huelga...y si nó no publiques...ejejej
Señor de la gruá:
ResponderEliminarla ausencia de sus comentarios me tenía sumido en una depresión de la que sólo ahora que han vuelto podré reponerme.
Debe saber que comparto plenamente su animadversión a las series de médicos. A mí me disgustan y fastidian a partes iguales, pero este señor House tiene un ademán mezcla de displicencia y curiosidad que me subyuga.
Como ya dije, si en vez de médicos fuera de mecánicos, ganaría muchísimo.
Y, por supuesto, usted, como todos los demás, se merece comentario aparte. Lo malo es que no sería de buen gusto publicar tantos comentarios como respuestas, porque esto se convertiría en un batiburrillo de sinsentidos... como... ¡como lo que ya es!
Un abrazo
Qué gran entrada, felicitaciones misántropo!
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