domingo, 4 de julio de 2010

De gente calentita y piquetes varios


El cabo Nobbs, Presidente y Fundador del Gremio de Guardias, inspeccionó sus
tropas.
—Muy bien, una vez más —dijo—. ¿Qué queremos?
El comité para la huelga había estado reunido durante bastante tiempo, y la reunión había sido en un bar. Los agentes de la Guardia ya estaban algo despistados.
El guardia Ping levantó la mano.
—Eh… un procedimiento compensatorio adecuado, un comité de quejas, una revisión del sistema de ascensos… eh…
—… mejor vajilla en la cantina —ayudó alguien.
—… cese de injustificadas acusaciones de robos azucariles… —dijo alguien más.
—... no más de siete días seguidos de guardias nocturnas...
—… un incremento en el suministro de botas…
—… al menos tres tardes libres al año para funerales de abuelas…
—… no tener que pagar de nuestro bolsillo la comida de las palomas…
—… otra copa. —Esta última demanda mereció la aprobación general.

El agente Shoe se puso en pie. Aún era, en su tiempo libre, el organizador de la Campaña para los Derechos de los Muertos, y sabía cómo iban estas cosas.
—¡No, no, no, no, no! —gritó—. Tenéis que hacerlo más simple. Tiene que tener cadencia. Y ritmo. Como por ejemplo: «¿Qué queremos? Dum-da-dum-da. ¿Cuando lo queremos? ¡Ahora!». ¿Veis? Necesitáis una demanda simple. Probemos otra vez. ¿Qué queremos?
Los guardias se miraron unos a otros, sin que ninguno quisiera ser el primero.
—¿Otra copa? —propuso alguien.
—¡Sí! —dijo alguien detrás—. ¿Cuando lo queremos? ¡AHORA!
—Bueno, eso parece haber funcionado —dijo Nobby, mientras los guardias se amontonaban en la barra—. ¿Qué más vamos a necesitar, Reg?
—Carteles para el piquete —contestó el Guardia Shoe.
—¿Tenemos que organizar un piquete?
—Ya lo creo que sí .
—En ese caso —dijo Nobby firmemente—, hemos de tener un gran bidón de metal para quemar leña dentro mientras estamos en el piquete.
—¿Por qué? —preguntó Reg.
—Tienes que estar alrededor de un bidón grande calentándote las manos —dijo Nobby—.
Así es como la gente sabe que eres un piquete oficial y no una pandilla de vagos.
—Pero somos una pandilla de vagos, Nobby. O por lo menos la gente cree que lo somos.
—Muy bien, pero seamos vagos calentitos.

Terry Pratchett, El quinto elefante (1999)

Dedicado a los usuarios de Metro de Madrid.

9 comentarios:

  1. Qué poco se parecen los piquetes de hoy día con los de antes..

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  2. Hay muchas formas de ayudar a los piqueteros, pobrecitos, a que no pasen frío. Yes.

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  3. ¡Gracias por la dedicatoria, que soy una feliz usuaria del metro de Madrid que ha llegado dos días tarde al curro!

    Lo bueno es que viajar sobre el asfalto me ha valido para que me de un poco el sol, que viene muy bien en esta época (y para trabajar menos también).

    PD: Ya "casi" faltan 119 días (lo digo para los despistados que no vean el contador) :D

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  4. El tricentésimo sexto día se acerca...

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  5. Juraria que el texto es de guardias guardias....

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  6. Me has dejado reflexionando... eran otros tiempos... teníamos unos ideales por los que luchar... ¿qué hubiéramos hecho entonces si nos hubieran bajado el sueldo para poder hacer frente al gasto público?... no se, creo que pensábamos en otras cosas.

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  7. Si ese piquete se hace hoy en día los líderes no estaría allí sino en casa calentitos. Según lo veo nos hemos convertido en unos hedonistas y la solidaridad ha desaparecido. Si no fuese así no hubiesen cerrado tantas y tantas tiendas pequeñas, no nos hubiéramos dejado dominar por las multinacionales. Sólo nos preocupamos cuando nos afecta a nosotros.

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  8. Hay que ponerse en el lugar de los trabajadores. Se firmó un convenio que por culpa de la crisis no lo van a cumplir y encima les reducen un 5% el salario.

    Hacen de puta madre poniendo la ciudad en el caos absoluto en el sentido del tráfico.

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  9. Teneis razon en muchas cosas.
    -La politizacion de los sindicatos los han hecho mas blandos.

    -Hay que ser mas comprensivos con los huelguistas, nadie va a la huelga porque si.

    -Sobre los blandengues que somos tengo un apunte, y quizas hasta polemico, pero la incorporacion de la mujer al trabajo. Aun hay muchas mujeres que perciben su salario como un segundo sueldo,y se conforman con lo que les den.

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